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Wyoming y los Insolventes. Estrellas, libertad e improvisación

Visita nuestra ciudad el más carismático de los presentadores televisivos, ese tipo al que todo el mundo querría tener de colega e invitar a la mesa para repasar la actualidad sin dejar títere con cabeza, El Gran Wyoming.  

Venís a tocar a Bilbao, ¿qué te inspira la ciudad?

WYOMING – Para nosotros es una ciudad mítica. Como el País Vasco en general, no entramos en rencillas locales. Comida, bebida y copas, ese es nuestro sino.

Algunos quizá no lo sepan, pero tú ya estabas rockeando antes que presentando en la TV, ¿cómo recuerdas los inicios en Paracelso?

W – Los recuerdo como época legendaria. A los músicos, incluido nuestro grupo que era desconocido y no habíamos grabado ningún disco, se les pagaba dinero por tocar. ¡Imagínate!

Con el maestro Reverendo recorriste muchos escenarios, una etapa importante en tu vida artística de carretera y escenario, ¿qué fotografía guardas de aquellos años?

W – Eran tiempos de curiosidad. Llenábamos teatros y bares con gente que venía a ver qué hacíamos. Teníamos una libertad total para hacer porque el personal escuchaba y valoraba que te inventaras cosas sobre la marcha. Ahora sólo hay sitio para las estrellas. Menos mal que lo soy.

Con los Insolventes, que es con quién giras ahora, también hay fechas y buenas críticas, ¿cómo os encontrasteis y qué os hizo unir fuerzas y talentos?

W – Nos encontramos en un bar, como en los viejos tiempos, no a través de las redes. Les vi tocando en el escenario y hacían la música que a mí me gustaba, o sea, la buena. Tomamos unas cervezas y hasta hoy. Llevamos casi diez años.

¿Cumplís con el catecismo rockero cuando os lanzáis a la carretera? (trinomio: sexo/drogas/rocandroll, destrozar hoteles, lacasitos amarillos, ya sabes…)

W – Nada de eso. No tenemos programa. Lo que pasa es siempre por accidente y se olvida en el acto.

¿Son estas actuaciones una especie de terapia tras una semana presentando terribles noticias en la TV?

W – Así es. La mayoría de la gente renuncia a lo que realmente es, a lo que realmente le gusta a cambio de nada.

Luego se encuentra perdida, insatisfecha. A mí el Rock and Roll me deja nuevo, listo para empezar la semana. Otros van de ejercicios espirituales: maneras de vivir.

¿Nunca la estrella de la tele matará al rockero del escenario?

W – Qué va, se encarga de buscarle el curro para que no decaiga. ¿Quién me iba a llamar si no estuviera en la tele?

Detrás de un artista siempre hay influencias, ¿qué te ha influenciado a ti a la hora de rockear?

W – Yo soy contemporáneo de los Beatles, Los Rolling, Jimy Hendrix, Led Zepelin, Eric Clapton, Joe Cocker, Neil Young… no tengo influencias, esa es mi vida. Con 10 años escuché Satisfaction de los Rolling. Vi la película de Woodstock con 17 años y hasta hoy.

Dejamos que el bajista de Los Insolventes, José Alberto Solís, arroje un poco más de luz sobre este proyecto.

¿Cuándo, cómo y dónde se juntaron Insolventes y Wyoming?

JOSÉ – Fue en el Honky Tonk (carismático club de Madrid con actuaciones en directo, enfocados al blues y sus derivados, n. de a.) tocábamos Última Experiencia y parece que le gustó, empezamos a hablar (yo creo que quería ligar con nuestras amigas).

Un día se subió y nunca más bajó, nos llevamos de puta madre, la verdad, fue muy fácil que cuajara. Tenemos gustos similares, somos bastante melómanos y amamos la música por encima de todo.

¿Quiénes sois y que tocáis?

J – Somos unos colegas que como nexo tenemos Última Experiencia, así que empiezo por sus miembros: Luis de Diego fue el primer batería de UE, lleva la Jam del Thundercat y es batería de los Insolventes.

Carlos Lahoz, batería de UE, también toca con los Insolventes cuando cuadramos conciertos de UE aprovechando los viajes de los Insolventes.

Carlos es músico con la carrera de Jazz, músico de estudio y profesor; Miguel A. Ariza compositor, vocalista y guitarra compagina sus labores llevando agendas de programador en La cocina Rock Bar y la Jam del Honky y yo, José Alberto Solís, bajista, llevo las labores de booking y producción y compagino también con otra banda SCR (sotacaballorey). Intentamos cuadrar los mismos viajes de Insolventes con conciertos de nuestra banda. Por otro lado, Manuel Villalta, teclista de la época dorada del pop de los 80, se unió más tarde aunque viene de serie pues es amigo desde la infancia de Chechu, que es como llamamos a Wyoming.

¿Qué pros y qué contras tiene contar con un frontman tan televisivo?

J – Pros que todo el mundo le conoce y es más fácil todo, hace promo cuatro días a la semana él sólo, pero los fines de semana quiere desconectar y pasárselo bien y a veces esa fama es contraproducente pues no podemos avanzar 30 metros sin 20 fotos. Él casi siempre está dispuesto a ello… cuando ya lleva quinientos retratos y después del concierto, muchas veces desconecta, necesita un poco de intimidad, aunque no se esconde. Tiene una filosofía y es que no se va a quedar encerrado en un hotel sin disfrutar de la ciudad en la que tocamos.

¿Es Wyoming el líder o es el jefe del grupo?

J – Es buen líder, de esos que te enseñan con su propia filosofía de hacer las cosas y no imponen nada. De hecho, hace sobradamente siempre lo que le da la gana… y que así sea.

 

Texto: Kike Turrón & Kike Babas

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