Si la bolsa de lona, firmada por la casa Gucci, que cargaba al hombro el tenista Jannik Sinner durante sus partidos de Wimbledon nos ofrecía una pista de lo que estaba por llegar, el acuerdo convenido entre el grupo LVMH y las Olimpíadas de 2024 nos confirma lo esperado: la Gran convergencia entre el deporte y la moda no ha hecho más que comenzar. Después del boom de lo que se conoce como tenniscore (de la pista de tenis al asfalto), el próximo movimiento de ambas industrias se desliza hacia el universo de los deportes de invierno.
Texto: Silvia Lorenzo
Si lo llevas al après-ski, ¿por qué no a la calle?
Podemos despedirnos de la segmentación y dar la bienvenida a un mercado mucho más unificado. Las grandes casas de moda aspiran a fabricar productos para un consumidor con fines mucho más homogéneos.
Equipaciones completas se confeccionarán priorizando elementos como los estampados o el diseño rompedor de algunas de las maisons más conocidas. La Gran convergencia entre ambas disciplinas se lleva anunciando sutilmente desde el verano de 2023 y verá su máximo esplendor en 2024.