Desde nuestros comienzos hace quince años, hemos estado acompañados de grandes amigos. Personas que nos han llevado de la mano hasta donde nos encontramos actualmente, en el restaurante Yandiola, situado en Azkuna Zentroa.
Se trata de pequeños productores que, con su esfuerzo y trabajo diario, nos proporcionan el mejor producto posible, para que llevemos a la mesa platos de sabores auténticos, creaciones nuevas con reminiscencias de antaño.
La frescura de cada producto hace que consigamos platos redondos en los que el sabor, la autenticidad y presentación combinen perfectamente. Productos con los que jugamos continuamente y que, según la temporada, vamos incluyendo en nuestra carta.
Para ejemplos, el queso de oveja Carranzana de cara negra, de Bego Isusi, con el que elaboramos nuestros “Chipirones sobre un Risotto crocante de azafrán y queso de oveja Carranzana de cara negra” o la “Tosta de antxoas de Karmelo Toja, vinagreta de frutos secos, mantequilla artesana a las hierbas”.
Para elaborar las “Alcachofas a la brasa, puré fino de patata asada con su piel y un caldo de cebolla morada de Zalla”, contamos con las fabulosas cebollas de Ana Mari Llaguna, entre otras cosas, ya que sus pimientos de Barranca son también espectaculares.
En nuestros platos con salmón, nada mejor que el ahumado de Keia de Kepa Freire, proveedor gracias al cual nuestro “Salmón ahumado de Keia, con aceitunas negras, y un jugo de tomate” tiene tan buena aceptación entre nuestros clientes.
A la hora de crear nuevos postres, siempre contamos con las maravillosas elaboraciones de los hermanos Guglielmi, que crean helados artesanos bajo las recetas de su querida tierra italiana. Uno de ellos: “Gratén de frutas rojas y sabayón de Txakolí con crema helada de leche del día”.
Gracias a todos ellos y a alguno más, la autenticidad se sienta a la mesa en cada servicio que ofrecemos.
A nuestro criterio, es muy importante la relación personal que se establece entre ambas partes, ya que desde que el producto es recolectado, por ejemplo en la huerta, tiene una finalidad muy concreta dentro de nuestra oferta gastronómica.
El diálogo entre productor y cocinero es imprescindible para que todo “fluya como debe” y para que todas las personas que vengan a comer con nosotros se sientan especiales.
Sirvan estas palabras como homenaje a estos amigos de los que tantísimo aprendemos…
¡Un abrazo a todos ellos!