¿Qué sugiere y evoca el arte creado por MATIA?
En Igor Yebra son joyas que también danzan. Arte para la introspección que le lleva a pensar en Dante y su recorrido por los círculos desde el Paraíso al Infierno. Le recuerdan las líneas que se entrelazan como dos bailarinas adquiriendo un compromiso entre ellas.
A Kateryna Kamiska le incitan a un vuelo sin alas para respirar libertad. Cada brazalete le regala una conversación. La colección le invita al texto poético.
Los hermosos diamantes le recuerdan a Hanna Hirose las noches que pintó Vincent van Gogh. Y la pequeña estrella que se mueve al lado de su cara atrapa la brisa de la noche y le crea un momento mágico.
Para Aitor Elizegi, las joyas MATIA, le llevan a escribir su Desayuno con diamantes. Diamantes perturbadores y pulseras de abrazos perfectos que le preguntan ¿Qué tal el día? Líneas escritas después de una dura semana, acompañado de música de Bruce Springsteen y una birra.
Ellos nos cuentan que las joyas son mucho más que el lujo y las materias primas de gran pureza. Son espacio, tiempo, literatura, escultura, introspección, evocación, sentimientos, inspiración, historia, futuro, arte, emociones…
Las joyas de MATIA son vida, arte con encanto intangible.
Joyas que también danzan
Texto: Igor Yebra
Esta joya MATIA me hace pensar en Dante y su recorrido por los círculos desde el Paraíso al Infierno o como la vida misma desde el inicio al infinito, círculos que se van uniendo uno tras otro, todos diferentes, llenos de situaciones y vivencias que, en este caso, están hermosamente representadas por piedras preciosas ya que todas y cada una de las cosas que nos ocurren en la vida no dejan de ser experiencias que nos enriquecen y de alguna manera nos embellecen.
Como en estas tres representaciones que a través de sus diferentes materiales nos llevan a las tres épocas de nuestras vidas: la inocencia, el descubrimiento y la comprensión…
Y en la pulsera, veo líneas que se entrelazan como dos bailarinas adquiriendo un compromiso entre ellas, sólido pero a la vez delicado.
Arte y vida unidos en una sola pieza creando formas ondulantes como las notas que ascienden y descienden por un pentagrama fundiéndose con la piel en perfecta armonía…
Desayuno con diamantes
Texto: Aitor Elizegi
A las mañanas, camino de la oficina procesaba los datos de las reuniones programadas, siempre demasiadas. Caminaba hacia la labor como quien sabe que el día será eterno, contando baldosas de ciudad mojadas. En la mochila, colgada solo del hombro derecho, había suficientes razones para saber que nunca eres el mismo cada regreso a casa. Estaba seguro de dos cosas, regresaría después del sol y nadie preguntaría: ¿Que tal el día?
8:45 a.m., en el camino se encendían las luces de aquella joyería todavía cerrada, de nuevo, por segundo día, un detalle hacía que levantara la mirada por encima del pespunte de la hombrera de la chaqueta, azul oscura, dos tacones y cuatro, muy finos, inolvidables gemelos. Otra vez de espaldas, otra vez su figura, quieta, congelada, soñando en la profundidad de aquel escaparate. El trayecto de las pupilas, dilatadas, recorriendo perfil, contorno y reflejos sobre el impoluto cristal era perturbador, en la esperanza acunaba que un reflejo le permitiera acercar una sonrisa, provocar un giro cómplice.
Aquella tarde, igual de noche, se detuvo igual que hacía ella, quería adivinar que pieza de orfebre conseguía que aquella coleta eterna se detuviera cada mañana exactamente en el mismo trozo de acera, soñando y buscando entre los huecos de colmena de la persiana todavía bajada.
No dudo ni un segundo: era un caudal de oro, de ida y vuelta, con giros de brillo, aguas nobles, un abrazo perfecto para el perímetro de la muñeca que sujetaba cada mañana aquel paraguas repleto de portadas de películas en blanco y negro.
El ritual duró varios días, cuatro o cinco laborables, quizá se alojaba en el hotel de al lado, quizá acababa de llegar a la ciudad (por favor) para una larga temporada.
8:30 a.m., lunes: se ajustó el nudo de la corbata corriendo y mirando al espejo mientras sujetaba la puerta abierta con la punta del zapato brillante, recién cepillado.
Bajó corriendo las escaleras para no esperar al ascensor, solo tenía quince minutos para llegar a la altura de la joyería. Miró nervioso la pantalla del móvil, 8:48 a.m., ya no había nadie frente al escaparate, se acercó corriendo, también faltaba la pulsera de los caudales de oro, de ida y vuelta.
Sus hombros perdieron unos centímetros de anchura, y de altura, unos pocos mas cayó el derecho, el de la mochila. La mirada volvió a contar baldosas mojadas, sabía que volvería a casa después del sol y que nadie, tampoco ella, preguntaría: ¿que tal el día?
La brisa de la noche
Texto: Hanna Hirose
Delicada, pura y elegante. Estos hermosos diamantes me recuerdan a las noches que pintó Vincent van Gogh. Su diseño tiene trazos con movimiento rítmico, son como sus obras La noche estrellada sobre el Ródano o La noche estrellada, que tiene una rica expresión con menos colores complementarios.
El diseño acentuado en las líneas y el color de las estrellas MATIA me lleva a un sueño mágico, a una mar con cielo estrellado. La pequeña gran estrella que se mueve al lado de mi cara atrapa la brisa de la noche y hace del momento algo único. Su diseño tridimensional crea un ambiente diferente de los demás. Esta delicada estrella brillante me susurra que nunca olvide la autoafirmación. Es de la misma colección de los pendientes que elegí. El oro blanco curvado decora mis dedos suavemente y los siento muy femeninos. Vivo un momento que siempre había anhelado.
Mi devoción por la naturaleza esta presente en esta colección. Me traslada a Hokkaido, en Japón, la isla de mi infancia. Mi favorita de esta colección es la pulsera. Las estrellas se adaptan a casi todos los estilos y outfits. Tienen la belleza que no cambiará con el tiempo, es elegancia discreta pero con personalidad.
Esta colección de MATIA es positiva, alegre, gozosa y diferente. Cuando era pequeña, quería ser igual que otros. No me gustaba ser diferente. Pero conociendo a muchas personas, muchas culturas, muchas vidas diferentes, comencé a apreciar mi singularidad. Tener dos orígenes, Japón y Alemania, ser original, única, diferente es algo de lo que debo estar satisfecha.
Estas joyas convierten mi sueño en vida real y me dejan brillar como una estrella en el cielo y en la mar. Son las joyas que me enseñan a brillar como soy.
Vuelo sin alas
Texto: Kateryna Kaminska, “Katusha”
¡Atrévete!… Live & Enjoy.
Abre los ojos y experimenta conmigo:
Respira el Verde que dibuja nuestros montes,
abraza el bosque y siente su energía.
Vuela sin alas y míranos desde tu cielo Azul,
horizontes sin límites que respiran libertad.
Besa su Rosa ternura, piérdete en sus mimos;
si tanto te gustan, no los dejes escapar.
Alimenta tu Roja pasión; no importa la forma,
en ese momento sólo importas TÚ.
Cada brazalete te regala una conversación.
Hablan de tu manera de ser, de tu forma de quererte.
Saben que nunca te rindes, porque eres MUJER.
Y te recuerdan que eres única, especial.
Porque mereces lo mejor, estos brazaletes son para ti;
estos brazaletes, también los quiero para mí…
Textos: Igor Yebra, Aitor Elizegi, Hanna Hirose,
Kateryna Kaminska • Fotos: Hibai Agorria y Matia