Juan Echanove

Juan Echanove

Es un hombre amable que ondea su blanco pelo amarfilado para hermanarse con Quevedo en el teatro. Prudente y reservado, no esquiva preguntas y va directo como cupido a los corazones enamorados.

Viajero y entusiasta de lo que hace vive y siente, se entrega en esta conversación con el verbo ágil y el legado de casi cuarenta años de profesión. Vive Bilbao, porque además del ya manido dicho de los de Bilbao nacen donde quieren, su abuela es de Dr. Areilza 2. Su presencia en nuestras calles y tierras hacen que este hombre cariñoso, tierno, dulce y acogedor, se ofrezca cual actor que no actúa, sino interpreta. A fuego lento cocina con nosotros una entrevista llena de ingredientes y gastronomía sana y sincera como él. Se ofrece sin dobleces ni recodos. Esos que recorre cuando camina por Bilbao. Nos hablará de sitios, lugares y rincones donde se muestra bilbaíno y universal como muchos de los personajes que tanto en cine, televisión y teatro le ha tocado interpretar.

¿Te gusta Bilbao?
Me gusta mucho mas nublada. Pero entiendo a la gente cuando ve un rayo de sol y se tiran a la calle como un lagarto, pero alguien como yo, que no vive en Bilbao, ve en esta ciudad todos sus matices, las gamas de los grises. Es tan bonita esta ciudad, que ya estaba ena-morado hasta cuando no era bonita, y ahora que es un lugar precioso, cómo no me va a gustar Bilbao. Estoy enamorado de Bilbao. Y lo digo desde el corazón, al margen de cuestiones familiares y profesionales. En Bilbao hay mucho que entronca conmigo, con mi manera de ser, sus grises, su lluvia, su melancolía, me parece un parque temático de la felicidad.

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Paseando el otro día por Bilbao, me cruce contigo y no te reconocí…
Es lo que tiene… el personaje de Quevedo que estoy representando. Tenía dos opciones, o ir a postizos con el inconveniente que
supone poner y quitarte bigotes, pelucas todos los días, o dejarme crecer el pelo y la barba. Eso además, hace que conviva con el personaje desde que me levanto. Y el espejo te recuerda donde estás metido.

Y esto en el Arriaga…
El Arriaga para mí, dentro de la gira de teatros, es, sin duda, el más importante. Además, ahora con Calixto Bieto y la estrecha relación que mantengo con él por todo lo que hemos hecho juntos, es aún más importante. Por eso para mí venir a Bilbao, venir al Arriaga, es algo que durante la gira espero con ganas. El Arriaga es algo especial: la platea, el público, la dimensión del teatro y su aspecto monumental. Cuando uno viene siguiendo la ría y se adentra en el Casco Viejo, para ver esa grandiosidad de edificios que palpitan… se nota que está vivo y es una maravilla.

¿Aquí esta Echanove actor?
En esta profesión, y con los tiempos que corren, es muy complicado hacer teatro y tienes que rodearte de gente que tenga tu misma visión, tu mismo objetivo. Para por encima de todo, poder hacer buen teatro. Hoy en día, es muy difícil acometer proyectos teatrales interesantes, todo va pensado a poco reparto y aquí vamos diez actores y siete técnicos. El teatro está vivo, porque sigue siendo un empeño de los actores y porque el público está respondiendo.

¿Quevedo era un tipo complejo?
Era el autor del que más se hablaba y menos se leía. Eso le hacía sentirse frustrado y controvertido. Vehemente y misógino declarado, era capaz de escribir los mejores sonetos de amor hacia una mujer. Pero, sobre todo, su obra completa le hace, sin duda, uno de los mejores autores de la literatura castellana. En la primera compañía con la que yo trabajé, la compañía del gran actor Antonio Medina, poníamos en escena El inmortal Quevedo donde yo hacía de aguacil, y fue ahí donde empecé a querer entender a Quevedo.

sueños quevedo juan echanove TEATROARRIAGA bizkaia bilbao
sueños quevedo juan echanove TEATROARRIAGA bizkaia bilbao

¿Supongo que esta función te exigirá entrenamiento físico?
Yo antes era una persona que me acostaba a la hora que ahora me levanto. Ahora me gusta madrugar porque me cunde más el día, me levanto sobre las seis y hasta las nueve aprovecho ese silencio para leer, estudiar sin interrupciones. Luego me pego un paseo por toda la ría y aprovecho para hacer ejercicio en el Metropolitan. Ten en cuenta que precisamente por eso, esta función requiere de un entrenamiento físico. Sino no podría.
¿Con esta función seguro que te llevarás algún premio?
Yo ya no gano premios porque me los han dado todos. Mira, en la entrega de premios del Festival de San Sebastián donde gané la Concha de Plata, estaba Robert Mitchum y con un largo vaso de tubo lleno de lo que aparentaba ser agua y en realidad era vodka me dijo: “Remember you are not the best, only the winner” (Recuerda tú no eres el mejor, solo el ganador).

¿Cómo se hace para estar siempre hay arriba?
Yo me levanto a las seis de la mañana y tengo suerte de que me ocurran cosas maravillosas, pero que esa suerte me pille trabajando. No me gusta echar la culpa a los demás de lo que me pasa a mí. Trabajo, trabajo y amo lo que trabajo.

¿A quién te gusta ver cuando vienes a Bilbao?
A mi primo, Fernando Echanove, por el que siento una enorme admiración, y a mi tío Ricardo, que siempre viene a verme al teatro. Y cada vez que veo a mi tío, me acuerdo de mi padre. Pero también, siempre quedo con Josean Alija y Stefania Giordano en Nerua, que para mí es más que un restaurante. Así, todos los veranos desde hace tres años, nos juntamos unos cuantos para cocinar a cuatro manos. Lo pasamos en grande. No quiero olvidarme del Basaras en la calle Pelota, para dar un beso a Pepe y a Olga. Yo tengo que ir allí, porque lo mismo que me pasa con mi tío Ricardo y mi padre, el Basaras y Aitor Mazo son la necesidad de conversar, de estar un rato con él.

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¿Sientes devoción por el Guggenheim?
Llegar a Bilbao y contemplar cómo se está trasformando esta ciudad, delata esfuerzo, pero no solo con esfuerzo de las Instituciones, sino de los ciudadanos. Creo que ningún bilbaíno, ningún vasco hubiera podido imaginar dos cosas: una, la gran transformación de Bilbao y dos, lo que ha supuesto no solo para los vascos, sino para todos los españoles, como ha modificado las cosas la llegada de la colección y el Museo Guggenheim. Es algo extraordinario y maravilloso. Hoy en día, es una gozada recorrer la ría hasta donde acaba. Todos los días que estoy por aquí, el paseo me llena de luz, de energía.

¿Ha cambiado mucho Bilbao?
La primera vez que vine a Bilbao tenía siete años, mi abuela vivía en Dr. Areilza 2 y recuerdo esas Navidades donde comíamos de maravilla y la mesa era un lugar donde se dirimían los grandes temas de la actualidad. Donde hablábamos de lo que comimos el año pasado y lo que comeríamos los días siguientes. Y aunque algunos piensen que los bilbaínos estamos obsesionados con la comida, les diré que no, que para nosotros la comida no es una obsesión, es una religión. Es parte de nuestra esencia. Esencia que evoluciona como Bilbao. Bilbao antes era en blanco y negro. Era una ciudad oscura, casi sucia. Atenuada por la bruma. Y cuando íbamos hacia Portugalete o Santurce, pasar por la margen izquierda, por esa zona industrial, los humos, las llamas, las chimeneas… en mi imaginario, eran como adentrarse en otro mundo.
¿A que sabe Bilbao?
A merluza frita y a menestra de verduras. Y de los mejores sitios donde he comido la mejor menestra, ha sido en el Kirol de Ercilla. Ah, y también sabe a caracolillos.

sueños quevedo juan echanove TEATROARRIAGA bizkaia bilbao
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¿Qué pintxo no dejas de probar cuando vienes?
El Grillo. Este sencillo pincho es uno de los pilares de la tradición “barrera” de Bilbao. Es uno de los más antiguos. Patata cocida (en su punto), lechuga y cebolleta ensartadas en un palillo, se convierten en un verdadero placer acompañando al txikiteo. Si queréis gozar de esta delicatessen acudid al Saltsagorri en el Casco Viejo de Bilbao.

Además de actor, cada vez se te conoce más como gastrónomo…
Soy miembro de número de la Real Academia de Gastronomía española, pero yo cocino, me gusta cocinar y si la escena es mi profesión, y necesidad, la cocina es mi pasión, porque con la comida el cultivo de la amistad y el entendimiento es más fácil. Nos ayuda además a conocernos más y reconocer cómo somos. Todavía no he encontrado algo que vincule a las personas tanto como la gastronomía.

¿En qué consiste ser académico?
Además de la labor de reconocer a los mejores cocineros, la función principal es documentar todo lo que sucede en la gastronomía, cómo se accede a la trazabilidad de los productos. Que es el fenómeno contrastacional, el cuidado de la salud y la nutrición. Son más cosas que comer en restaurantes.

A tu mujer la conociste por la gastronomía, ¿no?
Mi mujer fue presidenta de la Academia de Gastronomía valenciana. Nos conocimos en un evento gastronómico. Mi mujer es un gran regalo que me ha dado la vida. Sabemos oírnos, sabemos escucharnos, pero sobre todo hay una relación de complicidad y complementariedad.

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Un actor crítico como tú, ¿qué autocrítica se hace?
Creo que cada vez estamos más des-comunicados, cada vez nos importa menos lo que le pasa a los demás. Es tan precaria nuestra profesión que salvarse el culo se ha convertido en una ideología. Y eso es malo.

¿Cuándo acabarás con Sueños?
A finales de septiembre en Donostia.

¿Y después?
Voy a dirigir una serie para estas plataformas de podcast, que se titula Valeria y es una especie de Sexo en New York. Ya estamos también con lo próximo que será RED, Rojo de John Logan. Una discusión esencial y existencial sobre el arte y la pureza, el abandono, el venderse. Seremos solo dos actores, Ricardo Gómez y yo.

¿Qué novedad te gustaría encontrar en Bilbao la próxima vez que vuelvas?
El Athletic campeón de liga.

 

Texto:: Jabier Calle • Foto: Hibai Agorria y E. Moreno Esquibel

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