Flanqueado por el Palacio Euskalduna, que refleja en la Ría sus sinuosas curvas de acero corten, y por el delicioso Parque de Doña Casilda, se encuentra el Meliá Bilbao. Un hotel de primera categoría. Y el lugar ideal desde el que descubrir esta urbe siempre viva, siempre sorprendente.
Admiremos, en primer lugar, el edificio. Las formas cúbicas que el escultor Eduardo Chillida manejaba con destreza inigualable, inspiraron el proyecto del afamado arquitecto mexicano Ricardo Legorreta. Fiel a su estilo, los colores de su querida tierra tapizan las cuatro fachadas y nos traen recuerdos lejanos de ultramar: rosas, ocres, sienas. El imponente vestíbulo principal, al que miran las diez plantas del hotel, recibe la luz natural a raudales desde todas las esquinas y desde la claraboya que corona esta originalísima construcción.
Dos impresionantes ascensores panorámicos conducen a las 211 habitaciones divididas en ocho categorías diferentes. Todas ellas de importantes dimensiones y con vistas a la ciudad, decoradas con sobrio y exquisito gusto. Lámparas de ónix mexicano -¡cómo no!- madera, cuero y mármol, mucho mármol, en suelos, cuartos de baño y paredes: Travertino rojo iraní y español, Carrara blanco y verde Guatemala. El día que nos alojamos, el establecimiento está completo. Así que nos conformamos con imaginarnos su Suite Presidencial de 200 metros cuadrados incluyendo una magnífica terraza que se asoma al citado parque. El hotel dispone de acceso gratuito a internet en todos los espacios.
Dicen los galenos que no puede comenzarse el día sin haber desa-yunado bien y de forma equilibrada. El equilibrio pónganlo ustedes (si es que pueden), que del resto se encarga Meliá: panes y bollería recién horneada, frutas nacionales y exóticas, cereales, huevos, ensaladas, fiambres de excelente categoría, salmón ahumado con sus guarniciones, quesos nacionales y extranjeros, felipadas (sándwich autóctono relleno de mayonesa, anchoas, lechuga y un toque de tabasco), pastel de verduras, zumos naturales, cuajada y un largo y delicioso etcétera.
El luminoso local donde se sirve el pantagruélico desayuno descrito se convierte al mediodía y por la noche en uno de los restaurantes de este hotel: Aizian. De tradición culinaria vasca con toques de vanguardia, incluye en su atractiva carta una ensalada de lengua y langostinos con vinagreta de perretxicos, degustación de bacalao, pichón en dos cocciones, ciervo marinado, tarta de queso azul con helado de membrillo y otras sorpresas no menos sugerentes. Hay también un menú Tradicional, otro llamado Degustación y el Ejecutivo.
El restaurante Quatre sirve platos de cocina vasca e internacional y pintxos durante todo el día, así como un menú diario y otro para los más pequeños. Hay hasta un rincón asiático. Es también el lugar idóneo para tomar una copa en cualquier momento. Dispone de terraza con fabulosas vistas al parque de Doña Casilda.
Y ahora, el arrepentimiento y la clásica obsesión por intentar compensar los excesos. Cuidado con las excusas del tipo: “Cuando llegué al hotel el gimnasio ya estaba cerrado”. Olvídese del ascensor, suba a la sexta planta a pie (que las cosas hay que empezarlas bien) y compruebe que con la misma llave de su habitación puede acceder a él durante las 24 horas del día. Luego una relajante sauna o un masaje y, por fin, un bañito en la piscina aneja. Agua climatizada en una terraza con vistas al monte Artxanda y a la omnipresente Ría.
Este hotel dispone también de salones para eventos familiares y encuentros de negocios. Más de 500 metros cuadrados bautizados con los nombres de los insignes arquitectos que han obrado el milagro del nuevo Bilbao.
Comentábamos al principio que desde esta ubicación se puede descubrir Bilbao y su variada oferta cultural caminando. Inexcusable la visita al cercanísimo Museo de Bellas Artes pero… no salgan aún. El periplo artístico comienza aquí, entre estas mismas paredes. Una colección impresionante de arte contemporáneo en la que encontramos lienzos de Manolo Valdés, Guinovart, Feito, Millares, junto a esculturas de algunos de los más reputados y cotizados artistas de nuestro tiempo. No se los pierdan, están por todas partes. Actualmente, la Dirección está preparando un catálogo de esta exposición permanente que servirá de guía a sus afortunados clientes.
El equipo humano completa este círculo de excelencia. Amabilidad, conocimiento del oficio, tacto, flexibilidad, consejos sabios y expertos para disfrutar del establecimiento y de esta ciudad. Sobresaliente. Sencillamente.
HOTEL MELIA BILBAO
C/ Lehendakari Leizaola, 29 – 48001 Bilbao • Teléfono: 34 944 28 00 00
Correo electrónico: [email protected] • Página web: www.melia-bilbao.com
Abierto todo el año Tarjetas admitidas: todas • Tarifas: consultar web oficial
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