La ciudad de Guilin, cuyo nombre significa bosque laureles en chino, es el centro y punto de partida para la exploración de una de las regiones más fascinantes de China.
El laberinto de montañas kársticas por el que discurren ríos de aguas cristalinas cuyos impresionantes paisajes dieron lugar a proverbios y leyendas, hay un antiguo poema chino que dice que «el paisaje de Guilin es el más hermoso bajo el cielo», «el río sopla como una cinta de seda verde, mientras que las colinas son como horquillas de jade» por HanYu (768-824), un famoso poeta chino de la dinastía Tang (618-907).
En los últimos 30 años, Guilin se ha convertido en destino turístico popular, famoso por su paisaje idílico kárstico, las colinas de piedra caliza sobresalen al azar y apuntan hacia el cielo, mientras que el río Li serpentea pacíficamente, creando una imagen de belleza atemporal.
La fuente del río Li es la montaña Maoer, el punto más alto (7.024 pies) de esta región. El río Li es la parte superior del río Gui con una longitud total de 437 kilómetros, pasando por Guilin, Yangshuo, Pingle y Zhaoping. La sección de 83 kilómetros entre Guilin y Yangshuo es el punto culminante del paisaje de la región del Karst.
En 2014 fue catalogado como Patrimonio Mundial de la Naturaleza y uno de los ríos más bellos de China, en el 2013 fue elegido por la CNN como uno de los 15 ríos más bellos del mundo y uno de los destinos imprescindibles a visitar en tu vida.
Salpicado de paisajes naturales, el río es siempre sorprendente, con su exuberante paisaje circundante, su fauna y sus picos que se reflejan en el verde claro del agua, similar a un espejo bajo el cielo azul.
La población urbana de Guilin es de aproximadamente 740.000 habitantes, aunque la población total incluidas las gentes del campo ronda los 6 millones.
El emplazamiento de la ciudad china de Guilin es realmente peculiar, se encuentra rodeada por los espectaculares montículos rocosos cubiertos de vegetación y por el entramado fluvial formado por dos ríos y cuatro lagos. Junto al mismo centro de la ciudad, se encuentran los dos lagos más famosos de este conjunto, el Rong Hu y el Shan Hu, rodeados de parques. En el Lago Shan Hu se observan dos edificios que se han convertido en la imagen característica de la ciudad de Guilin: las pagodas de estilo budista del Sol y la Luna. De estructura parecida, se diferencian por sus distintas alturas y por sus decoraciones dorada y plateada. La Pagoda del Sol tiene 9 pisos y alcanza los 41 metros de altura, es por tanto la pagoda de bronce más alta del mundo. Desde aquí solo podremos alcanzar la Pagoda vecina por un formidable túnel de cristal subacuático de 18 metros de largo. La Pagoda de la Luna solo posee 7 pisos y alcanza unos 35 metros de altura. Fueron construidos al final de la dinastía Ming (1644 d. C.) por orden del Rey cuando regresó a Guilin después de su exilio debido a la invasión Manchú. La pagoda de color dorado es conocida como la Pagoda del Sol; y la de color plateado, es la Pagoda de la Luna. Dichos colores se realzan durante la noche, gracias a una iluminación muy llamativa, amarilla para la Pagoda del Sol, y blanca para la Pagoda de la Luna.
Guilin está dotado de increíbles colinas cársticas, montañas, cuevas y pequeños arroyos. El río Li es un lugar perfecto para admirar arrozales, bosques de bambú y cascadas, búfalos de agua, pueblos antiguos etc.
¿No conoces las colinas de Guilin y Yangshuo? Es muy fácil: si estás en China, saca un billete de 20 Yuan y mira el dibujo impreso. Estas colinas únicas en el mundo se suceden una tras otra, como setas que brotan de la tierra, ofreciendo una serie de líneas que se entrecruzan de forma infinita y casi irreal, asemejándose más al dibujo de un niño que a la increíble obra de la madre naturaleza que es. Si existiera el paraíso, esta sería seguramente una de sus manifestaciones en la tierra.
Desde luego, si hablamos de Guilin, no podemos pasar por alto una de sus señas de identidad: los pescadores de cormoranes flotando sobre sus frágiles barcas de bambú.
Este tipo de pesca tradicional se basa en el “trabajo” del cormorán, un ave capaz de capturar peces bajo el agua.
Los cormoranes son entrenados para la pesca durante al menos 8 años, antes de poder ser utilizados en el trabajo diario. Los pescadores les colocan un cordel en la garganta, no tan apretado como para ahogar al animal, pero lo suficiente como para evitar que las aves acuáticas se traguen las piezas que capturan con el pico. Los pescadores salen al río de madrugada, se sirven de una rudimentaria barca de bambú que les permite moverse de forma silenciosa. La oscuridad del río solo se ve parcialmente quebrantada por la tenue luz de un farol de queroseno que le permite ver al pescador las posibles presas. Las aves se lanzan al agua al detectar a los peces y los atrapan con sus picos. A continuación, el pescador “vacía” la garganta de los animales para recoger sus capturas, los cormoranes durante siglos se han alimentado de peces con los que hacen su trabajo mejor que cualquier pescador humano.
Puede parecer que esta práctica es cruel para los cormoranes, pero cierto es que no me dio la impresión de que el animal fuera maltratado y parecía existir una estrecha relación entre el cormorán y el pescador, desde luego, es un tipo de pesca no invasiva ni destructiva para el medio ambiente.
Desde hace más de mil años, los habitantes de la región de Guilin, al suroeste de China, han utilizado los cormoranes como medio de supervivencia. La técnica se sigue usando hoy en día, pero en la localidad de Yangshuo, a orillas del río Li, ya no los emplean para atrapar peces, sino a los turistas que acuden hasta allí para ver las asombrosas montañas de Guilin.