Puente colgante

Eterno Puente Colgante

También conocido como Puente Bizkaia, fue el primer puente transbordador construido en el mundo de estructura metálica. Es el más destacado representante de la Era Industrial y el símbolo más reconocido de Euskadi, con permiso del árbol de Gernika y el Guggenheim.

Si como asegura el sabio lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar… uno no se cansa nunca de atravesar este Golden Gate a la bilbaína que es el Puente Colgante de Portugalete; un divino coloso de hierro que tiene los pies en la tierra y en sus hombros el peso de la inmortalidad.

El objetivo que se perseguía al construir esta maravilla de la ingeniería era unir las dos márgenes de la desembocadura del Nervión entre Portugalete y Getxo, una orilla rocosa y escarpada y otra baja y arenosa. Cuando se construyó, consiguió facilitar las comunicaciones entre estas dos pequeñas poblaciones balnearias veraniegas sin interrumpir la navegación de uno de los puertos fluviales con más activo tráfico naval de Europa.

La construcción de este sueño de hierro laminado se realizó entre 1890 y 1893. Es una obra de Alberto de Palacio quien contó con la capacidad técnica de Fernando Arnodin, discípulo de Eiffel. El puente tiene 61 metros de altura y 160 metros de longitud. Se trata de un puente colgante con una barquilla transbordadora, para el transporte de vehículos y pasajeros. Fue el primer puente de este tipo construido en el mundo y por ello sirvió de modelo de numerosos puentes construidos en Europa, África y América.

A mediados de 1937, durante la Guerra Civil, los ingenieros del republicano Ejército del Norte recibieron la orden de destruir todos los pasos sobre la Ría de Bilbao, con el fin de detener el avance de las tropas franquistas. Por esto, el 17 de junio de ese año, se derribó el travesaño que se precipitó sobre las aguas. El puente, cual Ave Fénix, fue reconstruido y finalmente puesto en servicio nuevamente, el 19 de junio de 1941.

Declarado Patrimonio de la Humanidad el 13 de julio de 2006, es el Puente transbordador más antiguo del mundo, que fue considerado desde el primer momento el Arco del Triunfo de la civilización industrial y un testigo directo de la historia más reciente de Bizkaia. Es para la UNESCO «una excepcional expresión de creatividad con la que se combinan perfectamente su funcionalidad y su belleza estética».

La estructura metálica del puente estuvo desde el principio cubierta por pintura negra, pero este color hacía que la estructura absorbiera más radiación térmica, lo que causaba dilataciones más bruscas que deterioraban algunas piezas. Así que en 2010 se aprobó un proyecto de restauración que incluía un cambio de color y se eligió pintarlo de rojo, concretamente del «Vena Roja de Somorrostro». Este color es, en realidad, un rendido homenaje al pasado minero e industrial de Bizkaia.

En la antigüedad ya era conocido por su ley de hasta el 61% de hierro, la más alta de todas y, también por eso, el mineral más apreciado.

Ahora que llega el periodo vacacional y en el horizonte agosteño asoma Marijaia atrayendo a un gran aluvión de gentes de todo el mundo, es cita obligada para los turistas visitar y conocer, también, esos dos encantadores pueblos que lo flanquean: Portugalete y Getxo, las callejas medievales del primero, los fastuosos palacetes del segundo. También se puede subir a la pasarela peatonal del puente en el ascensor panorámico, a 50 m. de altura, y disfrutar de unas extraordinarias vistas que abarcan toda la desembocadura del Nervión, el Puerto de Bilbao, los montes y pueblos colindantes.

Un puente mágico en el que tal vez esté Marijaia, icono de las fiestas de Bilbao, cogiendo fuerzas para la Aste Nagusia, balanceándose sobre la barquilla y pensando que la vida es como un columpio: unas veces está arriba y otras abajo, pero lo importante es no perder impulso.

El Puente Colgante sigue impulsándose hacia la eternidad.

 

Gif-Animado

Texto e ilustraciones: Asier Sanz

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