El vino es arte, cultura y disfrute. Es el acompañamiento perfecto para nuestra cocina y por eso, en Andra Mari, siempre hemos mimado nuestra bodega.
Nuestros vinos se tratan con el máximo mimo y rigurosidad. Cada tipo tiene un trato diferente. Los blancos jóvenes, rosados y tintos jóvenes, se guardan para su consumo inmediato. Los caldos con tiempo de crianza en madera o sobre sus lías se conservan hasta el momento óptimo para su degustación.
A lo largo de los siglos, el único y más eficaz medio para envejecer vinos y cavas eran las bodegas naturales. Gracias al microclima generado, lograban que estos caldos maduraran con su más selecto bouquet. Estas bodegas debían contar con unas condiciones específicas de situación y estructura, reservadas sólo a unos pocos elegidos.
En el interior del restaurante se encuentra la bodega, el corazón de nuestros vinos, donde se dan las condiciones idóneas para su conservación y afinamiento.
La roca, el silencio, la ausencia de vibraciones, la temperatura, todos los medios que la naturaleza nos brinda están a nuestra disposición. La temperatura (entre 14º y 16º) es constante durante todo el año, con una oscilación mínima, lo cual nos ayuda a ralentizar el proceso natural de evolución. Hay que tener en cuenta que una temperatura estable facilita y evita que el vino se estropee con más celeridad.
La humedad óptima de nuestra bodega se consigue aprovechando el agua que rezuma por la roca, así la humedad relativa de la bodega es alta, pero sin sobrepasar nunca el 90%. Tanto en la conservación como en el envejecimiento del vino, uno de los factores más importantes es la humedad, ya que impide la desecación y la contracción del corcho, con el consiguiente agrietamiento y sus nefastas consecuencias, y una humedad excesiva daña la estética de la botella sobre todo de la etiqueta y puede provocar moho.
Tenemos que tener en cuenta diferentes puntos a la hora de poder guardarlo y almacenarlo. El vino es una materia viva en constante evolución, y su control y almacenamiento son primordiales.
El orden en la distribución de los vinos en nuestra bodega se rige por tipos: los vinos blancos jóvenes y los tintos de consumo rápido se sitúan en las estanterías más cercanas a la puerta, después van los rosados y en la zona más profunda del botellero los vinos que van a permanecer más tiempo. Los más viejos y delicados, de añadas a partir de 1908, los guardamos en las zonas más profundas del almacén y a baja altura.
Una exposición con una prensa del siglo XVIII, fuelles para inflar los pellejos de vino, barricas, azuelas, encorchadoras… nos recuerda cómo se elaboraba el vino antiguamente y nos remite a la paz de las mejores bodegas de La Rioja.
Restaurante Andra Mari Barrio Elexalde, 22 – 48960 Galdakao Tel.: +34 944 560 005 • www.andra-mari.com