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El Drogas

Enrique Villarreal ‘El Drogas’ estuvo durante casi tres décadas al frente de Barricada, la emblemática banda pamplonica que, recogiendo el testigo del rock urbano amadrinado por Leño, y desde el convulso Euskadi de los ochenta, dejó para la inmortalidad algunas de las mejores canciones de rock duro en castellano jamás escritas. 

La salida de la banda fue traumática y nada amistosa; marchado él, el grupo tardó apenas un disco más en separarse. Por su cuenta, exuberante, inspiradísimo y pletórico, ‘El Drogas’ debuta con un trabajo triple.

Viéndote en el escenario y en las fotos de promoción, luces el personaje glamouroso y con ganas. Yo me voy haciendo el personaje a la medida que vienen los tiempos. Hay que reflejar lo que uno es de cara a su público. Me gusta la farándula, me dedico a eso, me gusta que me den los focos, que se me vea, pero hay que estar preparado. A la gente le tengo respeto infinito, por vernos pagan 15 o 20 euros en estos tiempos. He de estar preparado para dar tres horas de lo mejor de mí. Y deja uno de fumar, de meterse perica, de beber, para estar físicamente en mi sitio. Así es. Nadie analiza esto del rock’n’roll, para mucha gente es una puta broma.

Tras la salida de Barricada has iniciado carrera en solitario con el nombre artístico de ‘El Drogas’, antes que, por ejemplo, Enrique Villarreal. Lo de ‘El Drogas’ me permitió… Verás, hubo una historia muy guarra con declaraciones muy contundentes donde yo paso por un grupo llamado Barricada como una puta sombra. Aparte de otras cosas, me parecía una barbaridad lo que estaba oyendo, resulta que, menos catorce canciones, todas las demás canciones de Barricada mientras estuve las he escrito yo. El hecho de escribir es un acto solitario, me he pegado media vida sentado escribiendo letras para Barricada y esto luego se compartía, era mi decisión. Me dije que no podía renunciar a todas esas horas, a esos chispazos que he tenido para hacer esas letras. ‘El Drogas’ me daba ese poder, el no sentir vergüenza de cantar canciones que he escrito yo.

Y, de paso, recomponerte de lo que debió significar encontrarse de un día para otro sin pertenecer a Barricada. Es que no fue así. Cada cual se ha hecho una película que realmente no tiene nada que ver. Todo fue una puta guarrada, una puta patada, una hijoputada, a la cual estoy agradecido porque ha hecho que me centre en la gente que me ha arropado. Todo aquello coincidió con el tema del alzheimer de mi madre. Todo a la vez.

“Alzehimer” es el título de uno de los tres discos que componen el triple “Demasiado tonto en la corteza”, tu debut. Porque cuando diagnostican a mi madre alzheimer tuve una época muy prolífica, en un mes tenía seis temas. Y me salieron las otras dos partes, “Matxi-nada” y “Glam”, en las siguientes semanas. Cuando eso estaba hecho, me planteé que quería hacer algo que estuviese en consonancia con “La Tierra está sorda” (último disco de ‘El Drogas’ al frente de Barricada, dedicado íntegramente a la Guerra Civil y a la represión fascista. N de A.), un trabajo que tuve que defender hasta de mis propios ex-compañeros, y recuperar con la gente con la que estoy. Si con Barricada hice institutos presentando ese disco, ahora quiero llevarlo a lugares de memoria. Ya hemos estado en la puerta del Fuerte de San Cristóbal (Pamplona) o en una ‘casetica’ en Albatera (Alicante)… Hay sitios que son una vergüenza, otros que los están dignificando y se los hace visibles. Para el año que viene me iré con la banda a tocar en estos sitios, intentaré hacer un documental donde el grupo sea la excusa que da a conocer estos lugares. Lo que pasó aquí fue increíble: robos de niños, violaciones sistemáticas, robo de propiedades, la persecución religiosa. Leo muchos libros sobre ese tema: el entorno fascista y falangista de aquí y el europeo.

De aquellos barros estos lodos: el poder falaz, consanguíneo y hermético de la derecha española. En “Matxinada” incluso te atreves a dar nombres propios de políticos del gobierno. El poder está pillado y así nos va. El partido que tenía que haber hecho de cuña, que era el PSOE, huele a caquita, este país está condenado a la ignorancia absoluta. ¿Se podrá con Podemos? No lo sé. Ojalá algo pase. Parece que ya por fin incluso en Euskadi se está moviendo algo y la vanguardia política es política, no es vanguardia armada… y eso que yo soy defensor de la violencia contra la violencia. Un ‘escrache’ no es violencia, un desahucio sí. 80 policías no pueden hacer que se caguen 800 personas que se están manifestando. Ha de ser al revés: que la marabunta le pase por encima al policía, pero sin moratón y sin tortazo. Yo soy más de los ochenta, discuto mucho con los 15-M’s que me encuentro por ahí. Vengo de un barrio donde no se dejaba entrar a la policía, se cortaba el barrio con barricadas, de ahí el nombre.

En algunos pasajes del emotivo ‘Alzheimer’ puede intuirse la sombra de Doctor Deseo. Francis Díez ha sido uno de los referentes intimistas que siempre me ha llamado la atención. Me alegra ver que está -y cada vez está más presente en estos tiempos- tan intimista, se agradece el recogimiento. Aunque también tengamos que salir a pelear. A Francis le veo muy bien.

Finalizando, y cerrando el círculo, volvamos a tu personaje. En directo acabas desnudo de cintura para arriba, como metáfora de lo que ofreces: tu desnudez, imperfecta, humana. Ya tenía yo esa escuela de descamisarme. ¡Me gusta la gente deforme joder! Soy capaz de enamorarme de una voz, o de cómo alguien pone el oído para escucharme. Y punto. Me gusta la gente deforme, como yo. Prefiero el cariño a la propia forma de los cuerpos.

 

Texto: Kike Babas & Kike Turrón • Fotos: Maldito Records

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