El Artico

El Ártico, atracción mágica

El Ártico, majestuoso, altivo, cautivador y desalentador. Aquí te sientes minúsculo, como un átomo en el universo, y te das cuenta de lo frágil que puede ser la vida.

Una vez que has estado en el Ártico, nunca se olvida; su belleza salvaje y virgen te atrapa; su energía única te magnetiza y te deja un hueco en lo más profundo de tu corazón. Cada vez que abandonas este lugar, sabes que estás obligado a volver.

Hoy en día, el ecosistema del Ártico es uno de los más frágiles. Sus problemas ecológicos tienen un patrón mundial, influyendo drásticamente en el clima de nuestro planeta.

La región debe protegerse frente a las consecuencias de la demolición del desarrollo de la civilización. Teniendo en cuenta el enorme potencial de recursos minerales de la región, es muy probable que las grandes potencias mundiales no cejan en su empeño. Sin embargo, incluso con la exploración del Ártico, se debe tener en cuenta que se trata de uno de los lugares más hermosos en la Tierra, aire y agua pura, enormes icebergs, glaciares majestuosos y las rocas, su sello de identidad. Si realmente lo queremos, debemos conservarlo para siempre. ¡Contacta con este fascinante mundo y siente el aliento del Ártico!

La mayor parte del Ártico está cubierta de hielo, es de suma importancia para el clima de la Tierra. Entre otras cosas, refleja los rayos del sol, evitando que el planeta se recaliente. El deshielo puede causar cambios importantes a nivel mundial, así como la extinción de numerosas plantas y animales en la región. Por esta razón, los científicos están preocupados por la disminución del hielo ártico. La investigación ha demostrado que la temperatura en el Ártico está aumentando el doble de rápido que en otras regiones del mundo.

Si habéis visitado el Ártico, aunque sea sólo una vez, nunca olvidaréis los icebergs. Impresionan por su variedad de tamaño y forma: pirámides, cubos, oblicuos, redondos, con o sin arcos… Las formas son únicas y, a veces realmente increíbles. Sin embargo, lo que vemos es sólo una pequeña parte de un iceberg, ya que el 70% de su volumen se oculta bajo el agua. El hielo al tener una densidad menor que la del agua de mar flota, por lo que las gigantescas masas de hielo viajan por el Ártico cuan nómadas errantes.

Se sostiene que hay cerca de 20.000 icebergs que interrumpen la capa de hielo del Ártico. Van a la deriva en sus aguas durante años, y la naturaleza, como un maestro sutil, les da forma, tan extraña y espléndida. A veces un iceberg puede ser tan alto como 70 metros sobre el mar y pesar hasta 2 000 toneladas, pero por lo general su tamaño promedio es igual a un edificio de cinco pisos. El hielo del Ártico juega un papel crítico en el sistema climático de la Tierra. Hoy en día, nuestro futuro depende de su volumen. Con más de 700.000 años de antigüedad, sigue siendo uno de los elementos más nuevos en la superficie de la Tierra. Hay unos 200 tipos diferentes. Dependiendo de la temporada, la capa de hielo del Ártico puede variar su grosor estimándose un promedio de 3 o 4 metros. El hielo permanente más antiguo se encuentra en el corazón del Ártico.

 

El oso polar

El oso polar es uno de los mayores depredadores de la Tierra. Los osos son la encarnación de la belleza y el poder, misteriosos a la par que peligrosos. Ellos son los únicos grandes depredadores en la Tierra que todavía viven en estado salvaje en su hábitat ancestral. Hoy en día, los osos polares son especies raras que figuran en el Libro Rojo de especies protegidas. Tienen un peso aproximado de 500 kg o más y se mueven fácilmente tanto en tierra como en el agua.

No hay tantos animales en el mundo que consideren a los humanos como presa. Los osos polares son uno de ellos. No tienen músculos faciales, lo que los hace especialmente peligrosos e impredecibles, sus rostros no muestran signos de agresión incluso en los momentos previos al ataque de sus presas. A veces atacan a la gente por curiosidad, de forma rápida, las personas son un blanco fácil. Por ejemplo, este oso aparentemente inofensivo que sale del agua, en unos pocos segundos se convierte en un depredador violento y puede acabar con su presa de inmediato.

Son grandes depredadoras también las morsas, tanto es así que incluso los osos más grandes nunca se atreven a atacar a las morsas macho. En esa lucha, incluso si sucede en tierra, donde el oso puede moverse mucho más rápido, la morsa es siempre la ganadora, debido a sus grandes colmillos. En ocasiones, los osos intentan atacar a las morsas bebé, pero no siempre consiguen su objetivo, ya que suelen estar en el medio de la manada junto a su madre, bien protegidas, y si la madre muere, otra hembra se encarga de su cachorro.

Es muy probable que casi todo el mundo haya visto fotos de pequeñas crías de foca esponjosas e indefensas de Groenlandia. Tuve la suerte no sólo de verlas, sino de fotografiarlas.

Las focas han vivido en el Ártico durante miles de años. Ellas son pinnípedos que se alimentan de peces y mariscos, con sentido prefecto del olfato y el oído, aunque con mala visión, y pueden soportar temperaturas tan bajas como -80°С.

 

La ballena azul

Las ballenas pertenecen a la orden de los cetáceos, lo que significa que son mamíferos totalmente adaptados a la vida acuática.

La mayoría de las ballenas pueden llegar a ser muy grandes. De hecho, la ballena azul es considerada el animal más grande del mundo. Poseen el cerebro más grande de todos los seres vivientes. Pueden tener más de 30 metros de longitud y pesar más de 100 toneladas. Pueden estar tres meses sin dormir, ocho meses sin comida, dejar de respirar durante dos horas y con todo esto son capaces de cubrir enormes distancias durante las grandes migraciones. Se alzan las fabulosas fuentes de 3,5 a 4 metros de altura. Las ballenas respiran por los pulmones, son de sangre caliente y alimentan a sus crías con leche de las glándulas lácteas. Se pueden ver diferentes tipos de ballenas en el Océano Ártico, pero sólo tres de ellas son sus residentes permanentes: la ballena de Groenlandia, la ballena blanca y la ballena unicornio. El encuentro con las ballenas es algo que nunca olvidarás.

 

Las aves del Ártico

No hay pingüinos en el Ártico, los que más se asemejan son los Araos o Guillemots, comunmente llamados “falsos pingüinos”, que son los habitantes más comunes de las colonias de aves. Nunca hacen nidos, ponen los huevos en los huecos de las rocas. La hembra pone un huevo, que es grande, verde o azul con forma de pera, lo que evita que se caiga. A veces ambos vuelan lejos para buscar comida, pero cuando vuelven, encuentran sus huevos infaliblemente entre los miles de otros similares de alguna forma misteriosa.

 

Texto y fotos: Sergey Anisimov

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