El vendaval distópico de los últimos años ha mantenido a BAO, la revista de Bilbao, varada a la espera para regresar con la misma calidad de siempre. La nave de papel se llama BAO y ha regresado. Nada ha cambiado en estos años en nuestra línea editorial.
Lo que ustedes tienen en la mano, lo que ojean con interés o sorpresa, es la historia de una ilusión. Una ilusión de buen papel, espléndidas fotos, rigurosos textos, temas vivos y mucho trabajo.
La génesis de una nueva publicación es un largo y proceloso camino donde las letras, como hormigas amaestradas, van dando forma a los conceptos para llegar hasta los ejemplares que ustedes, queridos lectores, comienzan a disfrutar.
BAO es una apuesta valiente, como no podría ser de otra forma. Y este barco tiene timonel, sobrecargos, marinería y hasta grumetes y… ora a barlovento, ora a sotavento, la nave de papel hincha su velamen con el vendaval de la ilusión. Aún queda mucho mar que navegar, es cierto, aún quedan ajustes que hacer en el carenado y en el velamen. Aún hemos de seguir afinadamente el rumbo, con el bauprés de la intuición periodística, con los foques del material gráfico, con la mayor del trabajo en equipo, con el trinquete en proa. Y así lo haremos.
Una nave así aparejada, cazando los vientos de la ilusión, necesita pasaje; es decir, les necesita a ustedes, lectores y partners. Déjennos llevarles a los puertos más fascinantes de la costa urbanita y rural, conozcan a los más conspicuos habitantes de la galaxia intelectual, exploren las selvas más tróficas de las artes plásticas o la gastronomía… o la caprichosa moda.
La nave de la ilusión ha regresado a puerto. ¿Han reservado un camarote?
Bienvenidos a bordo.