El director bilbaíno vuelve a la gran pantalla con Perfectos desconocidos, remake de la película homónima de Paolo Genovese que arrasó el año pasado en taquilla. Una comedia con toques de suspense donde reflexiona sobre la influencia de las nuevas tecnologías y las redes sociales en nuestras relaciones de pareja y nuestra vida cotidiana. Todo mientras compagina su faceta como productor con su regreso al mundo televisivo.
Perfectos desconocidos supone una comedia de lo más coral, con lo más granado del cine español: Belén Rueda, Pepón Nieto, Ernesto Alterio, Eduardo Noriega, Juana Acosta… ¿Ha sido más complicada de lo normal la labor de casting?
No, qué va, todo lo contrario. Cuando nos pusimos a pensar los personajes le dimos pocas vueltas, tuvimos mucha suerte y conseguí los actores que yo quería. En ese sentido ha sido todo un privilegio, son exactamente los que pensamos como primera opción. No es lo habitual, normalmente tú pides unas opciones que se van barajando, algunas se cumplen, hay otras que cuestan más, pero en este caso ha sido bingo.
El filme reflexiona sobre las redes sociales. Tú que usas activamente Twitter, ¿qué opinión te merecen? ¿Son tan buenas o tan malas como dicen?
Son tan buenas o tan malas como buenos o malos somos nosotros, exactamente igual. Pero hay gente que vive en la ignorancia de creer que el mundo es ese grupo de gente que le rodea, y no es así. Las redes sociales demuestran de una forma fehaciente cómo funciona la sociedad, hay gente que las utiliza para odiar, otros para desinformar, otros para pedir ayuda… Se ve lo mejor y lo peor de todos nosotros. Pero por primera vez en la historia somos conscientes de ello, nunca ha habido un momento en que la comunicación haya sido tan global. Antes manejábamos la información de un grupo selecto de personas que leía los periódicos o se informaba o que de alguna manera hacía oír su voz. Ahora es todo el mundo, a través de las redes sociales sabemos cómo funciona, cómo habla y qué desea la gente.
Pero en el fondo la película sirve también para analizar las crisis y las dudas que asaltan a cualquier pareja…
¡Claro! ¿Qué ocurre cuando descubres que estás en manos de todos? Un móvil ya no es un aparato, es parte de tu cuerpo o de tu cabeza, perder un móvil es tan grave como perder un brazo, te quedas sin tus contactos y sin tu mundo. Es un hecho que eso lo ha cambiado todo. De un submundo a una comunicación prácticamente absoluta y un contacto constante con cientos o miles de personas a través de las redes sociales hace que tu propia personalidad esté en manos de mucha gente. Eso acarrea un montón de problemas, sobre todo por el desconocimiento de lo que supone. Hay que acostumbrarse a ser un ser social, y todavía no estamos hechos a eso. La película reivindica ese momento de decir “basta, vamos a intentar parar y vivir sin móviles un rato a ver qué pasa”. En la historia pasa todo lo contrario, ¿qué pasaría si de repente todos pudieran conocer todo lo que recibimos cada uno? Estaríamos perdidos, igual de perdidos que estamos en las redes sociales.
¿Tiene algo de autobiográfico el guion? ¿Utilizas situaciones de tu vida cotidiana a la hora de escribir?
Sí, hay muchas cosas que me han pasado. Trabajo con el móvil constantemente en mi oficina, y muchas cosas de la película las he vivido.
Tu última película como productor, Errementari, se presentó en la última edición de Sitges. ¿Qué tal fue la acogida?
Fantástica. Es un cuento, una película de terror ambientada en el siglo XIX muy bonita, con una niña, un herrero, demonios y ese mundo mágico de la tradición popular.
Adapta el cuento tradicional vasco de Patxi Errementaria, ¿es así?
Sí, es un cuento recogido por Joxe Miguel Barandiaran, una de las grandes figuras del siglo XIX en Euskadi, que recoge toda la tradición de la mitología vasca en sus cuentos. Es muy bonito porque te toca muy dentro ver un demonio tal y como te lo imaginabas de pequeño, con las orejas puntiagudas, las garras, la cola con ese final de flecha que daba tanto miedo… Antes no se podía hacer, ahora con las nuevas tecnologías, sí. El trabajo de Paul (Urkijo, el director) es espectacular, vives un cuento como si fuese realidad.
¿Resulta de algún modo liberadora esta faceta de productor, el hecho de no ser tú el que se pone tras la cámara?
Es maravillosa, porque te da la oportunidad de hacer lo que no han hecho contigo muchas veces: trabajar a favor, buscar las mejores condiciones para que la película de ese director se haga como él quiere más que como yo quiero… Es curioso porque suelen coincidir ambas posturas. Y te saltas muchos problemas, porque cuando un productor es productor sin más no entiende al sector. Yo tengo la suerte de saber cuáles son los problemas porque los he vivido, los detecto muy rápido y pongo todo en mis manos para solucionarlos. En cuestión de tiempos, de trabajo, de visión, de montaje… No soy de esos productores que dice “¿por qué no le das una vuelta?” cuando no tienen ni idea. Aquí es “oye, vamos a revisar el primer acto, vamos a ver cómo queda, vamos a probar a quitar esto y poner esto otro…”. Hablo de cosas concretas, no estoy especulando. Es todo más fluido. Siempre voy a respetar, pero me gusta colaborar y, de momento, nadie se ha quejado.
No te pudiste resistir a doblar a uno de los personajes de la nueva temporada de Rick y Morty, ¿cómo es doblar a unos dibujos animados que además te gustan?
Pues imagínate, como cuando te ves en una película como actor: te horroriza (risas). Estoy muy contento, ya he doblado muchas películas y ha sido como un juego. Soy fanático absoluto de la serie y participar en ella me ha hecho muchísima ilusión, es de lo mejor que estamos viendo en el audiovisual ahora mismo, tiene una inteligencia y una fuerza inusitadas. Precisamente a mí me gustaría tener ese ambiente de producción, cómo les dejan hacer una cosa tan loca y una cadena puede apostar por una cosa tan arriesgada y transgresora sin que les paren los pies. Da la impresión de que al contrario, que hay alguien que les alienta y cuanto más loco mejor. Es absolutamente brillante, talentoso es poco.
Desde Plutón B.R.B. Nero, ¿te has planteado volver a hacer televisión en algún momento?
Sí, no puedo hablar de eso, pero estamos en ello.
Texto: Jesús Casañas