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paul urkijo

Paul Urquijo. Un debut fantástico

Paul Urkijo Alijo (Vitoria-Gasteiz, 1984) ha conseguido hacer realidad dos de sus sueños de un plumazo: dirigir su primer largometraje y llevar al cine el cuento tradicional vasco Patxi Errementaria. Todo gracias a Errementari, el herrero y el diablo, su debut en pantalla grande.

El artista vitoriano mostró interés por el cine, la literatura y los cómics desde bien pequeño, con un gusto particular por el género fantástico. Se licenció en Bellas Artes en 2008 y desde entonces se ha dedicado de forma profesional al mundo de la infografía, la ilustración y la producción audiovisual. Entremedias ha conseguido sacar adelante un buen número de cortometrajes que en total suman 85 galardones y más de 400 selecciones en festivales a lo largo y ancho del mundo. En 2018 estrena al fin su ópera prima, que llega respaldada por el Festival de Cine Fantástico de San Sebastián y por el Festival Internacional de Sitges, apadrinada por Álex de la Iglesia y rodada en euskera antiguo.

Errementari lleva a la gran pantalla el cuento tradicional vasco Patxi Errementaria, que era tu cuento favorito de pequeño. ¿Desde cuándo llevaba en tu cabeza lo de hacer la película?
Llevo quince años haciendo cortometrajes y siempre quise hacer un largo. Siempre he querido dedicarme al cine, entonces digamos que la idea de hacer Patxi Errementaria como película la tenía desde hacía ya tiempo, pero lo que es empezar a currar en ello desde hace unos seis años.

¿Nadie había pensado antes en hacer una adaptación del cuento?
No, por lo menos que yo sepa, aunque en el fondo está inspirado, no es una adaptación como tal.

Es tu primer largometraje tras casi una decena de cortos. ¿Cuál ha sido la mayor dificultad a la que te has enfrentado con el cambio de formato?
Realmente es más o menos lo mismo, salvo que la presión es mayor, porque tienes un equipo mucho más grande, hay más dinero invertido, y luego sobre todo las capacidades psicológicas y físicas que debes de tener en el rodaje. En este caso fue un rodaje muy duro, de siete semanas, con mucho exterior y unas condiciones muy complicadas: era invierno, es una película con acción y efectos especiales… Realmente para hacer una película de este tipo se necesita más tiempo y más presupuesto. Lo hicimos como pudimos, y en mi caso ha sido tener la capacidad psicológica para aguantar todo ese tiempo, saber que tus decisiones son las correctas bajo la presión que tienes en un largometraje.

El filme viene producido y apadrinado por Álex de la Iglesia, ¿cómo conseguiste que apostase por tu proyecto?
Intenté contactar con él desde el principio, pero siempre está muy liado. Cuando ya habíamos conseguido la financiación para ir a rodar la película, se enteró de que iba a hacerla porque había visto unos diseños de las criaturas y demás y contactó él conmigo. Hacía años que no sabía nada de él, porque yo había estado trabajando con él en 2008 en Plutón BRB Nero, y cuando quedaba un mes para que rodásemos se puso en contacto conmigo y me dijo que quería ver el proyecto y demás, a ver si podía aportar algo. Me bajé a Madrid, íbamos a rodar ya, la película se rodó, ya estaba interesado pero bueno, como íbamos a rodar ya me esperé un poco y le enseñé el primer premontaje. Y nada, muy chula la experiencia.

Se ha rodado en euskera antiguo bajo el apoyo y asesoramiento de varios expertos, entre ellos el lingüista e investigador Koldo Zuazo, autor del libro Arabako Euskara…
Tenía claro que la película iba a ser en euskera, y al estar ambientada en el siglo XIX tenía que ser un euskera antiguo para darle ese punto de leyenda antigua. Se nos ocurrió que por qué no hacerlo en euskera alavés, que es un euskera que justo en esa época desapareció un poco, y con la ayuda de lingüistas lo hemos sacado. La verdad es que por un lado le da un interés histórico, pero realmente lo bonito es que le otorga una textura muy curiosa y muy especial a la película. Quien sabe euskera lo va a notar mucho.

¿Te pusieron alguna pega las productoras al respecto?
No, yo soy también productor de la película y son decisiones que están tomadas desde el principio: iba a ser en euskera. Sí que hubo tanteos para que la hiciera en castellano o en inglés, por temas de mercado, porque en un principio parece que si la haces en esos idiomas, se va a poder vender mejor, pero yo tenía claro que la película hubiera perdido carisma y magia, porque al final es un cuento vasco y en ese sentido había que ser consecuente. Se hizo así y todos los productores estamos muy contentos de la decisión.

¿Se ha doblado a otros idiomas?
Sí, en los países donde el mercado exija o pida que sea doblada se doblará, es tontería cerrarse a eso. En España por ejemplo se consume mucho cine doblado, entonces evidentemente habrá salas donde esté doblada.

La película recibió el Premio del Público en la Semana de Cine Fantástico de San Sebastián. ¿Cuál es la reacción de la gente al ver en la pantalla grande algo que lleva toda la vida en su imaginario?
Reaccionan mucho a las cosas que pasan en la película. En festivales una de las cosas más bonitas que he visto es eso, ver cómo la gente reacciona y se ríe, y reacciona ante las cosas que pasan en la pantalla. La verdad es que muy contentos en ese sentido, tanto en Donostia como en Sitges hemos recibido comentarios muy bonitos, y muy contento de cómo está funcionando.

La historia está ambientada en un pequeño pueblo de Araba pero, ¿dónde ha sido rodada? ¿Cuáles son las localizaciones del filme?
Todo está rodado en la Comunidad Autónoma Vasca. En Araba se ha rodado en pueblos como Corres o Antoñana. En Agorregui, Gipuzkoa, hay una herrería la cual rodamos solamente el exterior. Y el interior de la herrería en Muskiz, Bizkaia. Lo que hemos hecho ha sido un poco coger diferentes pueblos vascos para crear ese pueblo alavés del siglo XIX.

 

Texto: Jesús Casañas • Fotos: David Zabala Erezuma

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