Decenas de embarcaciones planean por las aguas del Abra con el Mundial J80 como regata estrella de un verano repleto de pruebas y de experiencias.
Dicen que aquella persona que mira fijamente al mar ya se encuentra de alguna manera navegando. Aunque hay quienes van más allá, se adentran en él, o en ella, y prefieren sentir la libertad de dejarse arrastrar por los antojos del viento. Unas veces, la navegación es más plácida cuando sopla a favor, y en otras resulta bastante más fatigosa cuando el viento es ingobernable y no ofrece respuestas. Para estas tripulaciones que se echan al mar no es plan de permanecer a la deriva ni de echar el ancla, sino de sentir su atracción.
En las bellas imágenes que adornan estas páginas, observamos velas de todos los colores y de distintos tamaños según las competiciones, ya sean de la clase Regata, de Crucero o de los monotipos de la división J80. Y se pueden apreciar, sobre todo, durante este verano, aunque también en el resto de las estaciones. Se divisan desde la zona de La Galea o desde el muelle de Arriluce en Getxo, y desde otros puntos como el paseo de Zugazarte. O desde algunos lugares de las localidades de Portugalete y Santurtzi, en la margen izquierda. Son emplazamientos que conviven con las aguas vizcaínas del Abra, donde estas hijas del viento se deslizan sobre el mar según las caprichosas condiciones meteorológicas. Es evidente que los barcos suelen permanecer seguros cuando descansan en puerto, pero no es precisamente por esto para lo que se construyeron. Así que, salen habitualmente de su reposo aunque comprueben que las nubes no se desplazan en algunos momentos junto a la brisa. Es ahí cuando las doncellas del viento retan a las dificultades. Sin caminos, porque el mar no los tiene, y sin tiempo ni horas, porque la vida en el mar se construye con momentos. Fieles, las velas acuden a la llamada del mar. Es a ellas a quienes quiere.
Uno de los eventos más destacados de esta temporada de vela en el Abra es el Mundial de la espectacular clase J80, que se de-sarrolla del 13 al 20 de julio en Bizkaia. El Real Club Marítimo del Abra-Real Sporting Club, una entidad que nació en 1898 como el Athletic Club y organizadora de esta cita mundialista, trae a regatistas de distintos países y a lo más granado de la vela nacional y local. Pero es que, además de esta sugerente competición que dibuja el Cantábrico con decenas de monocascos en el Campeonato del Mundo J80, las aguas del Abra han sido ya testigo de la masiva Regata a la Inversa del 1 de mayo o de la XV SURNE-55º Trofeo Eskarra, además del Campeonato de Bizkaia de Cruceros. También en verano, esta parte de la costa de Bizkaia muestra joyas de la vela en la fantástica Copa Gitana (regata para barcos clásicos y de época) y es escenario de la Copa Castro en septiembre, así como de la salida de la Regata El Gaitero. Finalizará después este año con la Regata del Gallo del mes de diciembre en la que cerca de 100 embarcaciones pasan por debajo del Puente Bizkaia. Y es que ya lo decía Sófocles: “Siempre es bueno navegar cuando se huye del mal”.
Horizonte Elcano La costa vasca es lugar de grandes marinos. Y, por eso, el sector de la navegación rinde este año el mayor homenaje a Juan Sebastián Elcano. Y es que ahora se cumple el quinto centenario de la salida de aquella expedición, comandada por Fernando de Magallanes y concluida por Elcano acompañado por 17 de los 239 hombres que partieron de Sanlúcar de Barrameda. Ellos culminarían en 1522 la primera vuelta al mundo. Esta iniciativa, denominada “Horizonte Elcano”, reúne por primera vez a las cuatro marinas en torno a la figura de este gran navegante. Así, unas cifras récord de 100 embarcaciones protagonizan, con salida desde los puertos de Getxo y Hondarribia, una espectacular travesía hasta Getaria, la localidad natal de un Juan Sebastián Elcano. El homenaje, además de una regata a vela y un “rally” náutico, incluye talleres, exposiciones, conferencias, espacios de degustación, una misa marinera y un acto frente al monumento al marino vasco. La costa vasca vive así en julio uno de los espectáculos navales más vistosos de las últimas décadas. La clásica Regata Costa Vasca se ha transformado en esta ocasión tan especial para homenajear a la primera circunnavegación de la historia.
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