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David Bowie

El pasado 11 de enero perdimos a una de las grandes estrellas musicales de todos los tiempos, David Robert Jones o, como era conocido, David Bowie. Un icono, un referente, un auténtico influencer, que no sólo ha dejado huella en la historia de la música sino que, además, ha revolucionado la cultura de la moda tal y como hoy la conocemos.

Con una estética andrógina y controvertida, proclamaba la diversidad cultural y el estilo por encima del género. Utilizaba su imagen como expresión pura de sus sentimientos, estados de ánimo y personalidad, haciendo de ella un medio de expresión y comunicación de su crea-tividad, sobre todo a la hora de transformarse en diversos personajes acordes a la gira en la que se encontraba. De esta forma, estudiar el estilo de Bowie a lo largo de sus 50 años de carrera es dar un paseo por la historia de la moda y de los cambios tan drásticos que ha sufrido en estas décadas.

El primer personaje, y probablemente el más conocido, es Ziggy Stardust, protagonista de giras como The Man Who Sold the World o Space Oddity, caracterizado por su pelo rojo y maquillaje extravagante, puro reflejo de una estética glam-rock que caracterizó los años 70, sobre todo en Reino Unido, y que se reconoce por uso del glitter sin discreción, monos ajustados bordados con pedrería y lentejuelas y cierto toque psicodélico. Unido a esto, Bowie experimentó con todo tipo de siluetas y cortes, desde monos cruzados con solo una manga y una pierna o blusones teñidos hasta trajes inspirados en La Naranja Mecánica, de Kubrick.

Pero los 70 fueron una época explosiva en lo que a estilos se refiere, incorporando estéticas hippies, con pantalones campana, melenas largas y prendas anchas, y otras más sobrias, como la que corresponde al personaje Thin White Duke, un romántico intenso pero vacío de sentimientos y que se ha dicho que guardaba relación con el momento en el que Bowie tuvo problemas de adicción a las drogas.

Con la llegada de los años 80, la imagen de Bowie se torna más refinada tras su estancia en Berlín recuperándose de sus adicciones, siendo pionero en llevar trajes ajustados y esbeltos con corbata fina, como los de la gira Serious Moonlight de 1983, alternándolos con casacas y crestas de estilo más ochentero.

Hacia la década de los 90, Bowie ya es un renombrado referente en el mundo de la moda, hasta tal punto que cuesta diferenciar si es él el que la sigue o si, en cambio, es él el que la instaura. Su estilo es seguido por todo tipo de culturas, personas, etnias y géneros, como si de un himno a la diversidad se tratara. Diseñadores de todos los estilos colaboran con él y se inspiran en él, desde Alexander McQueen que en 1997 diseñaría una chaqueta con la bandera británica para la portada del disco Earthling, pasando por portadas de Vogue inspiradas en él, o colecciones como las de Gucci, Dior o, incluso, la última de Burberry.

Con la pérdida de David Bowie, no sólo nos deja un gran artista innovador y de creatividad infinita, sino un héroe cultural que ha marcado las décadas más importantes e influyentes de la moda, y ha sentado las bases de un movimiento que se está expandiendo por momentos, el de los millenials, promoviendo la tolerancia y la diversidad, para que solo importen las personas… no su género o etnia. Larga vida al icono. Larga vida a Bowie.

Texto: Paloma Canseco • Fotos: Gettyimages y Google

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