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Arte sobre ruedas y almas en la guantera

Llegó a su vida como casi todo lo bueno, por casualidad. Desde niño, quería tener ese coche. Nunca le gustó conducir. Y aunque suene a contrasentido, no lo era. Para él suponía otra cosa. No deseaba ir de un lugar a otro, sino sentir el placer de montar en él y dejarse llevar.

Hay quien va hacia un destino y quien entiende el camino como el mejor destino. Él siempre fue de los segundos. Por eso, cuando la policía municipal les permitió recorrer una vez más la Gran Vía, en su cara asomó aquella sonrisa del niño que veía pegado a la tele las aventuras de “Los autos locos”. Era sábado. El día de las cosas buenas. Y el cielo lucía color baldosa de Bilbao. De ese gris que no es cielo, ni nube. Es, simplemente, la ropa de entretiempo con la que el Botxo se siente más cómodo. Y también sus gentes. Por eso salían de los comercios cercanos. Para disfrutar del único sol necesario. El de la ilusión y la sorpresa. A muchos les pilló con el pie cambiado y la compra en la mano. “¡Mira, un desfile de coches clásicos!”. A falta de rayo de luz, los parachoques iluminaban el asfalto. El fin de semana se tornaba diferente. Divertido. Y gratis. Como decía el maestro, “algunas veces, la vida puede ser maravillosa”.

La primera edición del festival Arte sobre Ruedas Villa de Bilbao —nacida de la mano de FEVEBASK y celebrada desde el viernes, 6 de junio, hasta el domingo, 9— fue tan populosa como llena de actividades. Tras la llegada de los primeros vehículos, se percibía la ilusión. Algo que se subrayó el sábado, jornada que concitó gran parte de las actividades. Mientras las primeras joyas con volante y manillar iban buscando acomodo en el Arriaga, el Arenal, la Plaza de las mujeres y la explanada de San Mamés, nombres ilustres con olor a gasolina participaban en el CICA, Congreso Internacional de Clubes Automovilísticos. Allí hablaron del pasado, el presente y el futuro de las dos y las cuatro ruedas el presidente del Club Porsche España, Javier Aguilar; el legendario Emilio de Villota, que emocionó a los presentes con sus palabras y un vídeo de su hija, María; la campeona de automovilismo de montaña, Ángela Vilariño; su marido y campeón de motociclismo, Efrén Vázquez; el mítico Herri Torrontegui y el hombre que sabe más por lo que calla que por lo que habla, y eso que contó secretos, Jo Ramírez. Fue él quien cerró el congreso, desgranando historias de sus días como Team Manager en los tiempos de Sena, Prost, Lauda y compañía. Antes, como novedad mundial, Aitor Arzuaga, director general de ALBA Emission Free Energy by Petronor, presentaba el proceso de fabricación y las ventajas de la revolucionaria gasolina renovable 100%, que utilizaron a lo largo del fin de semana un Porsche 914, un VW Escarabajo Karman del 75, una Vespa y una BMW. El combustible del futuro para las joyas del pasado.

Fue el perfecto arranque para una jornada que desbordó las retinas. Desde primera hora de la mañana, las zonas de exposición estaban abarrotadas por un público tanto experto como neófito. No hace falta saber de motos o coches para disfrutar de diseños y detalles. Incluso de camiones, que también los hubo. Desde el coche más antiguo que guarda el Consistorio del Cuerpo de Bomberos de la villa, que arrancaba el recorrido, hasta los dos, también con solera, que lo cerraban. Sin olvidar el camión con el que nuestro Livingstone bilbaíno compite en el Dakar. Unos salieron desde el Arenal y otros desde San Mamés para recorrer la Gran Vía. No faltaron el Mercedes alas de gaviota, coche más fotografiado de la exposición de mayor éxito en la Historia del Guggenheim, el último M1 que existe en España, una unidad del Bristol 402 —única en el mundo— con matrícula de Bilbao y, si hablamos de motos, la moto inglesa BSA de 1913 con sidecar que manejaba Julián Sesma y María de pasajera, vestidos de la época, y la Ossa de Santiago Herrero, con la que se inició el exitoso camino del motociclismo español. Y todo ello acompañado de música en un autobús turístico de dos pisos, con una banda de rock como avance del BBK Legends. Kilómetro y medio de ruta que trasladaba a los presentes a ese destino llamado empatía. No hablamos de nostalgia, que también, sino emociones olvidadas. Niños y niñas descubrían el ayer de sus mayores. Y estos rebuscaban en su memoria instantes compartidos. O vividos en soledad. Los buenos y malos ratos, con frecuencia, se viven sobre el asfalto y aparcados en un lugar que ya no existe. O quizá sí. Se confirmó el sábado. No es lo mismo clásico que viejo. El segundo tiene años. El primero experiencia y actitud. La misma que se mostró el domingo en una doble cita. La salida del Tour turístico “Villa de Bilbao” desde el estadio de San Mamés, con el itinerario Bilbao-Bakio por la costa. Y, en el mismo lugar y misma hora, la salida del Rally de regularidad “Villa de Bilbao”, con el itinerario Bilbao-Galdames, hasta Torre Loizaga.

Fue el preludio de un sentido homenaje al piloto Santiago Herrero en la explanada de La Catedral del fútbol. El llorado campeón nacido en Madrid, pero renacido y enterrado en esta tierra. Sus motos y equipaciones se expusieron en la explanada de San Mamés, donde se abrió al público el camión-tráiler. Desde allí partió una parade a la plaza que lleva su nombre en Lutxana. Terminados actos y rutas, una comida cerró el fin de semana, pero lo que alimentó los sentidos fue todo lo vivido. No había ojos suficientes para tantos momentos. Ni ganas de que se terminaran. Por eso los jinetes del asfalto tienen claro que este Festival Internacional Arte sobre Ruedas Villa de Bilbao es un viaje que acaba de empezar. Han cerrado la guantera, pero sin echar la llave. Saben que volverán a abrirla para sacar viejas fotos. A veces, de otras gentes y tierras. Pero, sobre todo, para mezclarlas con las actuales. Es lo que ha comprendido el hombre de nuestra historia. Lleva razón. No se trata de una máquina que nos traslada de un lado a otro, sino de alguien que forma parte de nuestra familia. Al fin y al cabo, esos argonautas sobre ruedas son los discretos testigos de este breve viaje que llaman vida.

Texto: Jon Uriarte, vicepresidente de prensa y comunicación de la Federación Vasca de Vehículos Clásicos y Deportivos (FEVEBASK)

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