
Machu Picchu. La ciudad perdida
Un autobús nos permitió alcanzar Cuzco desde Nazca. Al ser los Andes tan sublimes, tuvimos que sufrir quince horas de tortuosas curvas. Los precipicios y cortados que dejaron a un lado las ruedas del autobús en el que viajábamos causarían vértigo a cualquier funambulista.







