No es necesario casarse para disfrutar de las flores. Pero casarse sin hacerlas participar es como que no te casas del todo. Y si uno es original y no quiere altaneros gladiolos o rotundos lilium, opten por las plantas liofilizadas. Me encantan. Ejemplo: Unas esferas verdes sobre macetas troncopiramidales plateadas de muy buen tamaño, decoran desde una iglesia a un despacho o los “each side” de la chimenea. Naturales, artificiales, liofilizadas o cualquier opción; en “De Capricho”, la floristería que regentan Juan Carlos y Xabi. El espacio es espléndido y sobre el digamos, “patio de operaciones” el balcón amable de una cuca tetería. Chocolates, cafés, zumos, tartas… Además también exponen la obra pictórica de los valientes que se atrevan. A un lado una pequeña muestra de la soberbia colección de Barbies (más o menos 800) vestidas por los más grandes de la moda. Un sitio para disfrutar.
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