Ciertamente, para la historia de la música popular, Bilbao ha pasado por ser una ciudad de sonidos aguerridos, donde han destacado los grupos de punk y rock ‘n’ roll (el archiconocido camino que va desde Eskorbuto a Platero y Tú), aunque un vistazo a la letra pequeña nos mostraría que, lejos de los neones del reconocimiento masivo, la escena bilbaína ha sido siempre rica y variada, y ya desde los seminales ochenta convivían variopintas propuestas que incluían pop, tecno, afterpunk u otras inquietudes sonoras del momento.
Tampoco ha sido el Botxo ajeno a tener su propia representación local de blues, ska o canción de autor. Del mismo modo, también se ha mostrado permeable a las sucesivas olas de las modas emergentes: noise, grunge, nu metal, rap, indie… De todo ello se podrían hacer lustrosos y enjundiosos artículos. Sería cuestión de darle una vuelta, pero, entre tanto, revisemos la más rabiosa actualidad bilbaína, recomendando diez propuestas de muy distinto pelaje. Hagan ustedes, desde lo musical, una apuesta por la alimentación de kilómetro cero y el comercio de proximidad, y verán que se llevan más de una grata sorpresa.
MAREN
La joven cantautora indie bilbaína, que reside entre su ciudad natal y Barcelona, y se expresa en euskera y castellano, factura una música envolvente que contiene justas dosis de electrónica y folk, de épica e intimismo, de luminosidad y ensimismamiento. Su carrera precoz arrancó cuando apenas contaba 16 años, con el EP Alguien sin vergüenza (La Produktiva, 18), al que siguió una decena de sencillos entre los que destacaron una versión de Antonio Vega (Lucha de gigantes) y sendos dúos con En Tol Sarmiento y Anni B Sweet, material que en parte pasó a engrosar su debut largo, Margaritas y lavanda (Hook, 21). Tras este, llegó el EP en lengua materna, Begixek (Hook, 21), seguido de un par de sencillos, y ahora su segundo de larga duración, el más elaborado y consciente, Qué lástima (Altafonte, 24).
EZEZEZ
Directos y al grano. Tienen querencia por las guitarras distorsionadas, el ruidismo, el punk garagero y la psicodelia a lo Nuggets; por las voces corrosivas y urgentes con el encanto melódico del 77; por las florituras como sinónimo de puñetazo al estómago. Ezezez es el proyecto pospandémico de Unai Madariaga (voz y guitarra) en comandilla con Eneko Ajangaiz (guitarra), Mikel Irigoyen (bajo) y Álvaro Olaetxea (batería) que, bajo la estricta dieta del do it yourself, editaron en 2022 el disco (en inglés), When I think something is funny, I smile, y al año siguiente (en euskera), Katuzaldia. En lo que va de 2025, ya han publicado el sencillo de tres temas, Noraezean, y andan permanentemente en la carretera, siendo su hito más reseñable en esta temporada tocar tres días en el inmenso Azkena Rock Festival de Gasteiz.
MONDAY POTIONS
Detrás del proyecto que encabeza Eneko Peña, nos encontramos a versados componentes del underground bilbaíno, como Ekaitz Hernández (bajista en Split 77, Unclose o Sonic Trash), Alba Granados (baterista de Moonshakers) y Danel Marín (percusionista en Monday Potions y baterista en Sonic Trash, y antes en Dead Bronco y Los Retros). La dicción y fraseo de Eneko, que se expresa en lengua shakesperiana, recuerda por momentos a Lou Reed o Kevin Ayers, en cuanto que su música podría meterse en ese cajón de sastre que es el art rock o el avant-pop. En cualquier caso, es imaginativa, atrevida, entretenida y rica en matices y recursos. La historia viene de largo y el primer sencillo data del 2018, pero el debut oficial, New age hokum, es del año pasado y, tras ganar en la categoría de mejor banda local en los Premios Rockein 2024, preparan para finales de este año la salida de su nuevo trabajo, The legendary Robbie Clayton.
TXOPET
Rock alternativo, con coordenadas apuntando al grunge lo-fi, al garage noventero, al punk y al post-punk de camisa a cuadros (no de crestas y ojeras), con un punto de ensimismamiento enfurruñado y otro de mala leche sin contener. En algunos temas usan autotune (ese procesador de audio asociado a la música urbana para afinar voces y crear efectos) y, lejos de restarles autenticidad, el invento les encaja como dedo a bullaca. Jon Fernández (voz y guitarra), Iñigo Güemes (bajo) y Andoni Barinaga-Rementeria (batería), que ganaron el concurso de maquetas de Gaztea en 2022 —lo cual los llevó al BBK Live—, se estrenaron con el sencillo, Txopet (22). Tres sencillos después, publicaban su disco debut, Nahiz eta jausi (23). Desde entonces, un par de sencillos, un EP y su última entrega, Ostabe zuloak remixak (25), que contiene tres de sus temas remezclados en clave de baile (entre comillas). Por una lastimera lesión, tuvieron que suspender los conciertos de presentación de este trabajo, algo que, para cuando se lean estas líneas, ya habrá sido subsanado.
GALERNA
De la tabla de surf al local de ensayo. La formación del quinteto es cuando menos sugerente. Mario, Miguel, Carlos, Lucas y Guillermo formaban parte de una cuadrilla adolescente aficionada a tomar las olas y, entre playas de Cantabria y Bizkaia, fueron pergeñando la idea de dar forma a las canciones en castellano de Mario, de lo que resultó la grabación de su EP Esta noche es mía (21), primer aldabonazo de su particular universo: pop emocional, delicado y pausado, como un mar en calma, pero inquietante en su profundidad. Después, fueron sacando una serie de adelantos que cristalizaron en el ambicioso LP Viaje a Roma (Subterfuge, 24), trabajo conceptual que han definido como “una novela cantada, una ficción literaria en formato musical” y que les tiene dando vueltas por el circuito indie de salas peninsulares.
DEEP SEA MONK
Abrazan con naturalidad y en inglés ese sonido de raíz del rock alternativo, jugueteando a conveniencia con ciertos guiños al folk, lo que los convierte en buena medida en alumnos aventajados del sonido americana. El proyecto lo iniciaron Adrián Barberá (compositor principal, voz y guitarra) y Jara Yuste (teclado y violín), a los que, al cabo de un tiempo, se unieron Vicent Orón (bajo y teclado) y Gonzalo Criado (batería). Sus dos primeros sencillos y el primer EP, Midnight stories, datan del 2020, año que fueron nominados a mejor banda emergente vizcaína en los Premios Koska Sariak, convocados por la Diputación Foral. Después, arrancaron su peregrinación por las salas, publicando algunos sencillos más y ganando en el 2023 el concurso de premios Big Rock, organizado por el ayuntamiento de Getxo. A finales de 2024, editaron su primer álbum de título homónimo, Deep Sea Monk.
SAL DEL COCHE
El oyente más instruido podría ver en la propuesta del trío rastros de no wave, post-punk, avant-rock o free jazz. El bajista, Alberto Eguíluz, el baterista, Jangitz Larrañaga, —que fueron la sección rítmica de Vulk— y el saxofonista y teclista, Lizardi Ceballos, no lo ponen nada fácil a la hora de describirles o clasificarles. Se expanden, libérrimos, entre malsanas dosis de humor, ironía y rabia, con un mejunje personal, experimental y absolutamente desacomplejado que podría declararse igual de vanguardista ahora que hace cuatro décadas, alternando capítulos atmosféricos con otros de escandaloso frenesí. Cuentan con un disco debut, Ciudad de polvo (Humo Intl., 24), y amenazan con nuevo material antes de que acabe el año.
ALL THIS CHAOS
El quinteto se formó a finales del 2019 para dar rienda suelta a las querencias que los ya experimentados Joxean Zurutuza (guitarra), Javi Cantero (guitarra), Ángel Santamaria (voz), Oinatz Bilbao (bajo) y Euge Duran (batería) sienten por el metalcore, el death metal sueco, el groove metal y el neo trash. Esto es hurgar en los abismos de los subgéneros del heavy que abogan por las bases rítmicas pétreas con doble bombo, los riffs pesados con espacio para las líneas melódicas y la voz bronca que, en su caso, aúlla en inglés. Se estrenaron con el EP Lie to your mind (2022) y, tras unos meses en barbecho por el cambio de vocalista, que introdujo en All This Chaos a Hector 13, reaparecen este año con un nuevo EP, Last train (2025).
BEN SANTANA
Artista multidisciplinar, productor, DJ y cantante. Es esta última faceta la que le trae a estas páginas, con su discurso incitante, insurrecto y sensual, que se mueve en las lindes del llamado género urbano: trap, hip-hop y rap. Entre 2020 y 2021, autoeditó media docena de sencillos con títulos sugerentes del estilo Ni Gucci, ni Prada, ni Fendi y Ojalá follaras igual que mientes, a los que siguió en 2022 el EP Iniciación a la poesía, que contiene canciones tan explícitas y descaradas como Mi culo y Látigo. Ben se alzó con el galardón a mejor artista en los antes mentados premios Rockein 2024, cuya recompensa incluía la grabación de un EP en los estudios bilbaínos El Tigre, así que en breve tendremos noticias de este provocador nato.
FULL CAB
Liam McDonnell (voz), artista visual con amplia trayectoria fotográfica y videográfica, se une en 2020 a Mikel Puertas (guitarra), Asier Astorkiza (bajo) y Natxo Atxa (batería) para formar Full Cab, el vehículo perfecto para ajustarles las cuentas a las frustraciones y paranoias personales a base de un sonido de rock crudo y directo. De tal guisa aparece, un año después, su debut autoeditado, el urgente Out of order, cantado en inglés, lengua materna de Liam. En los siguientes dos años, publican varios sencillos más y cambian de baterista, incorporándose al grupo Adrián González. Con este, preparan y graban —con una perspectiva sonora más abierta y sosegada dentro de los amplios límites del indie-alternative-rock— su reciente segundo disco, titulado Full Cab, como el nombre de la banda.
Texto: Kike Babas y Kike Turrón • Fotos: Cortesía de los artistas, sus sellos o managements