Bilbao, con su mezcla de arquitectura vanguardista y rincones llenos de historia, se convierte en un escenario perfecto para capturar momentos que desafían la gravedad. En esta serie de fotografías, realizadas con una cámara Insta360 X3, he querido llevar la perspectiva urbana a un nivel diferente: un salto suspendido en el aire, congelado en el tiempo y rodeado de la inmensidad de la ciudad.
La técnica: el ojo del pez que todo lo ve
La clave de estas imágenes está en el uso de una cámara de 360º que permite captar una perspectiva esférica completa y, con una adecuada edición, transformar la escena en un tiny planet o wormhole, generando un efecto visual en el que el suelo se curva a mi alrededor mientras salto. Para lograrlo, coloco la cámara en un palo de selfie invisible y realizo un salto dinámico, con las piernas estiradas para maximizar el impacto visual. Los escenarios: iconos de Bilbao desde una nueva perspectiva.
Pasarela Zubizuri
Diseñada por Santiago Calatrava, esta icónica pasarela blanca se convierte en el punto de partida de esta serie. La estructura curva y la moqueta acolchada en el suelo crean una sensación de ligereza, perfecta para un salto en el aire.
El titánico museo diseñado por Frank Gehry es uno de los lugares más fotografiados de Bilbao, pero ¿y si lo observamos desde abajo mientras flotamos en el aire? La imagen resultante nos da la impresión de que el museo nos quiere acompañar en nuestro viaje.
Saltando bajo la araña de Louise Bourgeois
Justo debajo de la imponente escultura Maman, la famosa araña que custodia el Guggenheim, la sensación de ser diminuto se acentúa con el salto. La estructura de patas largas y amenazantes crea un marco perfecto para una toma surrealista en la que parece que salto para escapar de su abrazo metálico. Esta imagen refuerza la relación entre arte y movimiento, fusionando la arquitectura y la escultura con la acción del salto. La escena cobra aún más fuerza al atardecer, cuando la luz dorada del sol baña la escultura y proyecta sombras dramáticas en el suelo. En el fondo, el Puente de La Salve y la silueta del Guggenheim envuelven a la araña, creando una composición donde el arte, la arquitectura y el movimiento humano se funden en un solo instante congelado en el tiempo.
Plaza Euskadi
Rodeada de modernos edificios y con una vista despejada, esta plaza se convierte en el escenario perfecto para jugar con la perspectiva y el movimiento. La combinación de elementos naturales y urbanos hace que el salto parezca parte del dinamismo de la ciudad.
Alhóndiga Bilbao
Este antiguo almacén de vinos transformado en centro cultural es otro de los espacios donde la arquitectura juega un papel fundamental. Los reflejos de la luz y los mosaicos de color amarillo y negro del suelo de la plaza generan un contraste vanguardista con el movimiento del salto.
Torres Isozaki
Con su impactante verticalidad, estas torres reflejan la Bilbao moderna. Desde su base, el efecto 360º convierte el entorno en una burbuja arquitectónica en la que parezco desafiar la gravedad en un salto perfecto entre esos dos gigantes de cristal.
Más allá de la fotografía: una invitación a explorar
Esta serie de imágenes es también una invitación a descubrir Bilbao desde un nuevo punto de vista. Cada salto es un homenaje al dinamismo de la ciudad y a la creatividad que se respira en sus calles. Además, el uso de la tecnología 360º nos recuerda que la fotografía sigue evolucionando y que siempre hay nuevas formas de capturar la esencia de un lugar. Estas imágenes no solo capturan el paisaje urbano de Bilbao, sino que lo reinterpretan desde una perspectiva novedosa y enérgica. A través del juego de perspectivas y la distorsión esférica, cada fotografía convierte un rincón icónico de la ciudad en un escenario de ciencia ficción donde el protagonista, en pleno vuelo, desafía la gravedad. Si alguna vez caminas por estos rincones de Bilbao, detente un momento y observa la ciudad con otros ojos. Tal vez descubras una nueva forma de explorarla… o incluso de desafiar la gravedad. Bilbao es movimiento, es arte, es innovación. Y en estas fotos, es también un trampolín para saltar al infinito.
Texto y fotos: Pedro Ajuriaguerra • IG: @pedro_ajuriaguerra