Arte

Bego Elexpe. La emoción detrás de cada retrato

La fotógrafa bilbaína, Bego Elexpe, ha hecho de la emoción y la sensibilidad su sello personal. En esta entrevista, repasa sus inicios, sus influencias y la manera en que la fotografía se ha convertido en una forma de conexión, memoria y expresión artística para ella.¿Cómo fueron tus primeros pasos en la fotografía y qué fue lo que te llevó a dedicarte a ella profesionalmente?
El dibujo y la fotografía siempre han tenido una grandísima importancia en mi vida, pero en aquella época, hace ya más de una década, me dedicaba a la decoración. Un trabajo estable con un buen sueldo, ya sabes… Sin embargo, no me sentía completa.

Sin esperarlo, un tremendo golpe de salud me hizo ver la vida de otra manera, me quedó bastante claro que estamos aquí de paso. Así que lo tuve clarísimo, sabía que lo que realmente me hacía feliz de verdad era mi cámara y retratar a todo aquel que se ponía frente a ella.

Me recuperé y me puse en marcha. Lo dejé todo atrás y me marché a Milán, Madrid… para terminar y actualizar mis estudios de diseño y fotografía. Empecé alquilando un espacio de coworking con unos arquitectos, donde comencé a retratar a mis amigos y familiares como modelos para proyectos más ambiciosos, y no sé muy bien cómo empezó a correrse la voz. Para mi sorpresa, la gente empezó a seguirme y a compartir mis trabajos en una recién creada página del Facebook de aquella época en la que era supernovata… Y, sin darme cuenta, la gente empezó a conocerme por mi trabajo.

De esta manera, nunca he dejado de actualizar conocimientos y enriqueciendo mi pasión hasta crear el actual estudio de “Bego Elexpe”, que es un lugar superespecial y quien lo ha visitado lo sabe.

¿Cuáles han sido tus referentes fotográficos o artísticos que más te han marcado?
Sin duda alguna, mi gran referente es Eugenio Recuenco. Su creatividad y gusto con la composición y los colores me alucinan, pero también son grandes referentes para mí Ouka Leele, Annie Leibovitz, Richard Avedon o Vincent Peters. Todos ellos grandísimos retratistas.

¿Qué papel ha jugado Bilbao —especialmente el barrio de San Francisco— en tu manera de mirar y fotografiar?
Bilbao siempre ha sido fuente de inspiración para mí, desde su puente de La Salve, que en mi cabeza es Gotham, a los barrios históricos y sus gentes, pero San Francisco siempre fue un lugar mágico para mí, por su multiculturalidad y su riqueza artística. Es un lugar en el que múltiples disciplinas artísticas se congregan para hacer de esa zona una de las más artísticas de Bilbao.

Tus retratos transmiten mucha emoción y cercanía. ¿Qué buscas capturar cuando te colocas detrás de la cámara?
Siempre he pensado que no basta con hacer una fotografía técnicamente perfecta. La técnica se aprende, pero la sensibilidad y la visión creativa son lo que realmente tiene valor a la hora de conseguir una instantánea que cuente una historia. Para mí, la obra perfecta es aquella que te genera sensaciones, ya sea alegría, tristeza, euforia o, incluso, rechazo. En mis retratos, lo que busco es precisamente eso, que cuando los veas no te dejen impasible, que te cuenten una historia y generen sensaciones en ti. Si lo consigo, habré logrado mi objetivo.

¿Qué estrategias utilizas para que la persona se sienta cómoda, confiada y natural durante el retrato? ¿Hay un trabajo previo de conversación, observación, escucha?
Sí, claro. Es superimportante conocer a la persona que vas a retratar. Como digo yo: “todo el mundo tiene su foto”. Eso de “yo no soy fotogénico” no existe.

Y, precisamente porque cada uno tiene su foto, es importante conocer a la persona que vas a retratar por varios motivos: por estilo de fotografía, según el carácter de la persona; por colores, según el tono de su piel, ojos o color de pelo… Pero también, sobre todo, porque esa entrevista previa nos sirve para romper el hielo y, de esta manera, el día de la sesión todo es mucho más relajado y divertido. En muchas ocasiones se crea un vínculo entre el fotógrafo y el retratado, y eso es maravilloso. Me siento muy afortunada.

¿En qué medida tu fotografía artística y tu trabajo comercial se complementan, se enriquecen o se entorpecen mutuamente?
En toda fotografía cabe el arte. Da igual que sea un retrato para una muestra artística o una fotografía para una campaña de marketing donde también pones tu creatividad a trabajar al máximo y resultan ser trabajos realmente emocionantes.

Has retratado la vida de barrios como San Francisco o Bilbao la Vieja. ¿Qué te interesa de lo cotidiano y lo comunitario?
En mi opinión, son barrios que reúnen características interesantes. Estás en el centro de Bilbao, pero a la vez se vive como en el barrio de un pueblo, todo el mundo se conoce y te sientes en un lugar mucho más familiar, con comercios de toda la vida. Esta sensación convive a la vez con espacios modernos, creativos y alternativos, lugares superespeciales que no se ven en ningún otro distrito de la villa. Toda esta mezcolanza es lo que a mí me enamora de estos barrios.

¿Qué temas o ideas te gustaría explorar en el futuro que todavía no has tenido ocasión de abordar?
Tengo varios proyectos en mente que me encantaría desarrollar este 2026. Uno de ellos, como buena consumidora de música que soy, me gustaría que sea un reconocimiento en forma de retratos de la aportación de la mujer a la escena musical. Opino que, ya sea delante o detrás del escenario, la mujer ha tenido y tiene un gran papel que la mayoría de las veces no está reconocido y que me gustaría poner en valor.

¿Aspiras a que tu obra trascienda más allá del momento presente, que sea testimonio o memoria de una época?
Eso sería maravilloso. La fotografía es la mejor herramienta para inmortalizar momentos y, como muy bien dices, para guardar la memoria de una época. Que mi trabajo sirva para contribuir a eso, sería un sueño para mí. Cuando la memoria falla, la fotografía rescata.

La fotografía está cambiando con las nuevas tecnologías, especialmente con la irrupción de la inteligencia artificial en la generación de imágenes. ¿Cómo lo vives tú, como fotógrafa?
No te lo voy a negar, impone respeto, pero yo creo que, aunque habrá aspectos dentro del mundo de la fotografía que la IA “invadirá”, las dos pueden convivir perfectamente. Primero, porque muchas veces se pueden incluso combinar las dos disciplinas y una enriquecer a la otra; y porque creo que, en muchos aspectos, la fotografía todavía sigue siendo insustituible.

FB: begoelexpe
IG: @begoelexpe
www.begoelexpe.com

Texto: David Tijero • Fotos: Bego Elexpe

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