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Roge blasco

Roge Blasco. La voz de los viajes

Hijo de Antonio y María Ángeles, Rogelio Blasco Granados, es “Roge”, aquel que sin todavía acabar Periodismo creo su propia revista de música rock vasco e internacional, Muskaria con la que estuvo dando la nota durante siete años.

Iba para músico y se compró una JOMADI sin saber tocar la guitarra. Así que Roge estudiaba periodismo, dirigía una revista y se metió en un grupo, que marcaría tendencia en el pop ochentero. Lavabos Iturriaga se llamaba el grupo y con sintetizadores y aspectos postmodernos, dejaron buenos momentos en la memoria de los ochenta. Su innata curiosidad le hizo deambular por medios de comunicación, pasando por la tele donde presentó Dr. Livistone, durante casi diez años. También trabajó en La 2 de TVE dirigiendo y presentando el programa Tierra a la vista en 1996.
Roge es un tipo abierto y comprensivo, que comunica con mesura y gusto. Un tipo extrovertido al que le gusta aislarse y viajar. Desde hace años, lo hace en las ondas de Radio Euskadi, donde presenta todas las noches La casa de la Palabra y completa la semana con la noche de los domingos Levando Anclas. Trabajador infatigable, persona paciente y apasionada, hoy sacará su parte más seductora y conquistadora para BAO.

Roge, ¡vaya trayectoria! Te gusta definirte como periodista. ¿Tiene algo que ver el periodismo actual con el que tú estudiaste?
Cada vez menos, pero yo sigo con la línea con la que empezó el programa Levando Anclas en 1984. Una línea donde la palabra tiene peso, como el programa que hago desde hace más de veinte años en Radio Euskadi, La Casa de la Palabra, pero, sin duda, el mundo ha cambiado y el del periodismo también.

Tus trabajos, tus programas, tienen un denominador común.
Sí, yo creo que sí. En mis programas, la mayoría de la gente que viene es gente anónima, gente normal, esa que nos cruzamos cada día por la calle, y que de repente les da por cumplir sus sueños y se lanzan, no sé, a recorrer el mundo bien sea en bicicleta, en barco o andando. Yo soy un mero intermediario de la energía que ellos traen, comunicar su pasión, su interés por la vida. Y eso me encanta.

Y llevas un montón de años…
Sí, creo que llevo tantos años por la energía que me entregan los invitados todos los días. Sigo tantos años por el respaldo de la audiencia. Los testimonios y vivencias que me cuentan nos cargan las pilas. Las historias que comparten y nos cuentan son tan bonitas…
Mira Jabi, hago cuatro o cinco entrevistas todos los días y me quedo asombrado con cada una de ellas. Por lo extraordinario de la historia, de las aventuras que nos cuentan, de las experiencias que comparten con nosotros. Es maravilloso. Hay veces, muchas veces, que me entran ganas de llorar, me emociono de tal manera que me tengo que controlar para poder seguir con el programa.

Se nota mucho que vives por y para tus programas de radio.
Vivo por y para la radio. Y aunque mi vida es muy cotidiana y vulgar, nada más levantarme hago las cosas de casa, la cama, barro y después, allí mismo, me pongo a preparar los programas. Me coloco delante del ordenador y realizo llamadas con el fijo de casa, no tengo móvil. Luego ordeno el contenido de las entrevistas que voy a realizar, preparo el guion y escribo el blog del programa blogseitb/rogeblasco/, donde cuento un poco las historias de los invitados. Como algo escuchando la radio y sobre las dos cojo el metro, ahí aprovecho para leer y me quedo en la emisora hasta el penúltimo metro del día. Vivo la radio, sí.

Pero siempre la música ha estado acompañándote, desde esa guitarra que le compraste a Jose Miguel Diéguez:
No puedo vivir sin música, la necesito y ya de chaval, con 17 años, me compré una JOMADI sin saber tocar, pero quería estar cerca de la música. Y cada vez que veía la guitarra me preguntaba, ¿para qué me la he comprado? Pero mi osadía y curiosidad me hicieron acercarme un día a una casa en forma de torre que estaba cerca de donde vivía, en Getxo. Era la casa del escritor Elías Amézaga. Y allí, con una flautita y mis pelos, me puse debajo a tocar. Quería hacerme amigo de los chicos que tocaban música dentro de esa casa. Así me las ingenie y conseguí, sin saber tocar la guitarra ni nada, formar parte del mítico grupo Lavabos Iturriaga.

¿La primera entrevista musical que realizaste fue a Juan Carlos Pérez de Itoiz?
Era mi grupo favorito y lo de la revista Muskaria era una buena manera de estar en el mundo de la música. Quede con Juan Carlos Pérez y mi grabadora, preguntando cosas y él inventándose respuestas, porque creía que esa revista nunca saldría. Se tomó la entrevista de cachondeo y eso que no sabía que la grabadora no funcionaba. Pero me lo tome muy en serio y la revista Muskaria permaneció 7 años. Desde 1980 a 1987.

Y pese a toda tu trayectoria y entrega, me pareció leer que quisieron prescindir de ti en EiTB…
Vamos a ver, yo siempre he sido colaborador de EiTB, y he ido renovando contratos desde 1984 hasta ahora. En algún medio se lanzó la noticia, pero como otras veces renové el contrato y como espero hacerlo cuando me venza dentro de poco. Además, creo que eso me obliga a darlo todo, todos los días. Estoy tan volcado en la radio y en el programa porque es mi vida.

Estas casado con Itziar y tienes dos hijos con los que has viajado mucho.
Si, con Ibon en la tripa de su madre y Oihan con año y medio, nos fuimos a La Habana y allí nos quedamos sin dinero. Desesperado y si poder sacar dinero con la tarjeta, veía la tranquilidad de mi mujer y me desesperaba más.
También tras 24 horas de viaje continuas, nos fuimos a la selva peruana donde vive Jesús López de Dicastillo. Allí, con los ashánincas y sus caras pintadas, disfrutamos de la naturalidad con la que nuestros hijos se relacionaron sin ningún prejuicio con los ashánincas.

De las innumerables entrevistas que has realizado desde tus inicios en JMC radio en Portugalete, pasando por Radio Popular, hasta Radio Euskadi, ¿qué personas te vienen a la cabeza?
Julio Villar, al que me costó cuatro años entrevistar y su libro ¡Eh Petrel! Me inspiró no solo para el programa, sino para más cosas. Álvaro Neil (Biciclown), que estuvo 13 años andando en bicicleta y durante todos esos años conectamos para ir contando sus aventuras o Ignacio Dean que dio la vuelta al mundo a pie. Son muchas las personas que me vienen a la cabeza.

¿Te sigue sorprendiendo alguien cuando te cuenta su historia?
Todos me sorprenden, todos, hasta el testimonio aparentemente más sencillo que puede haber ido al Pagasarri.

¿Hay en el mundo todavía algún lugar al que se le denomine, “No contactado”?
Sí, todavía existen lugares en el mundo donde existen nativos “no contactados”. Sobre todo en la Amazonia de Sudamérica. Los hay, pero además ahora están protegidos.

¿Se puede viajar con la imaginación?
Soy patafísico, como dice Alberto Palomera. De chaval escribía novelas surrealistas que eran de un absurdo total. Por eso para viajar y para todo, la imaginación me parece fundamental. Antes de estar en la radio, escribía y no ponía límites a la imaginación.

De todos los lugares del mundo que has conocido, ¿con cuál te quedas?
Me quedo con Bilbao, por su carácter, esa forma que tiene de trasmitir. Saber que tras esa tristeza gris se esconde mucha energía, que nos hace ser tirados pa´lante. Bilbao nos ha enseñado a superar los contratiempos y, cómo vivimos en un Botxo, en un agujero, saber salir del mismo y creer que nos podemos comer el mundo, es fantástico. Y todo esto sin que nos falte el buen humor.

¿Qué símbolo crees que pueden identificar a Bilbao ahora?
Pues igual… el Puma que está en Deusto. Es un puma, ¿no?

Texto: Jabier Calle • Fotos: Hibai Agorria

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