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Maribel Verdú

Madrileña enamorada de Bilbao. Actriz enamorada de la literatura. Cinéfila enamorada del teatro. Ella, por su parte, ha enamorado a varias generaciones de espectadores a lo largo de sus más de 60 películas.

La siguiente, La punta del iceberg, llegará a las pantallas de cine el próximo 29 de abril. Este año la tendremos en la cartelera por partida doble. Además, se subirá a las tablas del Teatro Arriaga y ya está preparando cosas para el 2017…

Estrenas La punta del iceberg, un thriller sobre el mundo laboral. ¿Cómo es tu personaje, Sofía Cuevas? Soy una directiva de una multinacional y recibo el encargo de investigar el suicidio de tres empleados. Tengo que ir allí un par de días y descubro cosas muy bestias cuando realizo las entrevistas con los compañeros de trabajo de los fallecidos, un clima laboral absolutamente enfermizo. Es un thriller realmente apasionante.

El director es David Cánovas, que viene del mundo del cortometraje. ¿Qué tal trabajar a sus órdenes en su primer largo? Muy bien, dándolo todo, ha sido magnífico. La película me gustó mucho cuando la vi en un pase privado. Es sorprendente el ritmo que le ha dado y cómo te deja, sentada en la butaca y alucinando bastante.

Es la adaptación de una obra de teatro. ¿Fuiste a verla para preparar el personaje? Efectivamente. Lo más alucinante de este proyecto es que a mí me llamó Sergi Belbel para hacer esa obra, pero yo no pude porque tenía previsto hacer otra en ese momento. Y luego van y me llaman para hacer la película, con lo cual estaba claro que Sofía Cuevas tenía que ser yo (risas). Son de esas cosas del destino en las que dices: “Joder, qué bonito, lo que han pensado los del teatro para mí, los del cine igual”. Nieve de Medina, que es la que interpreta la obra, hace un cameo maravilloso en la película.

Este año vas a estar también en el reparto de El faro de las orcas… Cuando salga esta entrevista yo estaré en la Patagonia, en la Península Valdés, terminando ya la película. Empezamos el 22 de febrero. Es un filme apasionante, que me tiene loca. Está basada en hechos reales. Trata sobre una madre con un niño autista que se va allí a buscar la ayuda de una persona auténtica y que estará con nosotros en el rodaje. Se llama “Beto” Bubas, un hombre muy conocido que trabaja con las orcas a través de su música. Hay varios documentales sobre él.

¿El año que viene trabajarás de nuevo con Gracia Querejeta en Setenta veces siete? No, de eso no se sabe nada. Cuando salga esto estaré a punto de iniciar el rodaje de la siguiente película de Pablo Berger, Abracadabra, una comedia delirante. Y después empezaré con mi siguiente obra de teatro, ya que desde Los hijos de Kennedy no he hecho nada. Sueño con que llegue ese momento.

¿Dónde te veremos sobre las tablas de nuevo? Solo te puedo decir que está dirigida por Daniel Veronese, el maravilloso director argentino, y que el reparto somos Pilar Castro, Jorge Bosch, Jorge Calvo y yo. El título es aún provisional, seguramente cambiará. Vamos a estrenar a finales de septiembre en el Teatro Arriaga de Bilbao y luego haremos gira, iremos también cuatro semanas a Madrid a los Teatros del Canal.

Respecto a Pablo Berger, imagino que saliste contenta de Blancanieves… Pablo se convirtió después en mi amigo y en mi cómplice, tenemos una gran relación. Siempre pensaba: “Espero que me vuelva a llamar para trabajar con él”. Nos vemos de vez en cuando, me citó la pasada primavera para comer y me dijo: “Te he comprado una cosita”, el libro de Sebastião Salgado, autor que amo. Cuando terminamos me dijo: “Bueno, y tengo otra cosa”, y de repente me da el guión encuadernado, con mi personaje señalado… Él es de los románticos, no te manda un guión por mail. Le miré y dije: “Perdón, ¿qué es esto?” y contestó: “Mi nueva película… quiero que la protagonices”. Son de esos momentos en la vida que sabes que no vas a olvidar.

En el libro de Nuria Vidal, Maribel Verdú, afirmas que en Bilbao te sientes como en casa. Bilbao es mi ciudad, de siempre. Tengo allí amigos que son como de mi familia. De hecho, todas mis obras de teatro las intento estrenar en Bilbao porque allí me siento protegida y a gusto. Es muy importante estar en una ciudad en la que te sientes cómoda y bien, ir por la calle sonriendo y que te dé buen rollo. Eso me pasa con Bilbao, y eso que ya no está Iñaki Azkuna, que era para mí una de las mayores motivaciones para ir.

Cuentas también que las aguadillas que te hizo tu padre cuando eras niña te provocaron claustrofobia. ¿Te ha supuesto algún problema a la hora de rodar? Sí, he llegado a decir que no a películas que tenían secuencias de meterme en el agua y en las que no me aseguraban que me fueran a poner una doble. La única en la que me arriesgué fue en Y tu mamá también, y no te puedes imaginar cómo fue rodar las escenas en las que me tengo que bañar en el mar. Todo el equipo dentro conmigo, la cámara preparada para meterse en el agua… Parece que estoy yo sola, pero no sabes lo que había detrás de esa cámara. Y debajo un submarinista conmigo para tocarme las piernas y sentirme segura sabiendo que tenía una persona ahí. Me da terror, porque además me he ahogado en el mar, me sacó una lancha de la Cruz Roja en La Coruña cuando era pequeña. Son muchos traumas y me muero del miedo. También con un río o un pantano, solo me siento segura en una piscina, porque veo el fondo.

Y dices que no eres de volver a ver tus películas antiguas. ¿Hace cuánto que no ves Belle Epoque, por ejemplo? Pues la vi cuando se estrenó en su día y ya. A lo mejor lo típico que llegas a casa o a un hotel y pones la tele y hay una peli tuya. Te quedas enganchada diez minutos y luego dices: “Basta ya, ¿estamos locos?” (risas). Me pasó el año pasado en Barcelona. Estábamos un grupo de gente en mi habitación y estaban dando Huevos de oro. Fue como… “¡Madre de dios, qué pintas!”, aunque te quedas un rato viéndola. Pero no se me ocurre estar en casa y poner un DVD mío.

Lo que sí que te enganchan son las series. ¿Con cuál andas ahora? Hemos terminado la segunda temporada de Fargo. Me parece una obra maestra, el papel que hace Kristen Dunst sería el sueño de mi vida, es una cosa apasionante. Y no sé si te acuerdas de una de hace unos años, The Shield, de policías corruptos en Los Ángeles… Pues han hecho una especie de versión francesa genial, Braquo, muy oscura y maravillosa.

 

Texto: Jesús Casañas • Fotos: Alejandra López y Julio Vergne

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