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Los Kazaks, cazadores con Águilas

FOTOGRAFA SARAH WOUTERS

Sarah Wouter  59 años. Soy tailandesa y fotógrafa de viajes. Viví en los Países Bajos más de 25 años e inmigré a Tailandia hace 6 años donde he podido desarrollar mi pasión por la fotografía.

A principios de octubre de 2018 decidí emprender un largo viaje en busca de los nómadas de Mongolia, conocidos como cazadores con águilas doradas, los Kazaks o Kazajos. Quería capturar su estilo de vida y el festival del Águila que se celebra el primer fin de semana de octubre de cada año, en la región de Bayan-Olgii, próxima a las montañas de Altai, donde se engalanan con sus mejores ropas y ponen todo su arte al servicio del espectáculo.

Para llegar a esta región en la montaña de Altai, tenemos que volar desde Ulan Bator, la capital de Mongolia, a Bayan-Olgii, la provincia más occidental cerca de las fronteras de Rusia, China y Kazajistán. El viaje nos lleva alrededor de 3 horas en avión. Posteriormente en Olgii, usamos un vehículo 4×4 para viajar por esta región y poder conocer un par de asentamientos de Kazajos, antes de desplazarnos al festival. La primera noche con la familia Chai Murat cerca de Atlantasugts, donde pudimos conocer al que al postre sería el ganador del festival Mr Chai con su águila Balapan. La segunda nos hospedamos con los Baibolat cerca de la aldea de Sagsai, pasamos ambas noches en las viviendas tradicionales nómadas llamadas Ger o Yurta, que son una especie de tienda de campaña circular, las paredes están formadas por un entramado de madera, usualmente de cedro y recubierta de una lona de material ignífugo. Para controlar la temperatura interna del ger, se coloca una chimenea en el centro de la estancia y la salida de humos se orienta hacia una de las aberturas en la cúpula.

Ambas familias fueron muy hospitalarias y nos ofrecieron “airak” o leche de yegua fermentada con textura espumosa y sabor salado que se dejaba beber.

¿Quién es el cazador de águilas?

Los “kazaks” constituyen una tribu descendiente de los hunos, las tribus turco e indo-iranís. Desde el siglo XIX recorren las montañas y los valles de Bayan-Olgii, huyeron de Mongolia en el periodo comunista con sus ganados y hoy en día, se sitúan entre los pueblos en mayor riesgo de desaparición, mantienen el tradicional rebaño seminómada al mudarse con sus animales varias veces al año. Se estima que hay entre 250 y 300 cazadores, que se encuentra en las montañas de Altai en Mongolia Occidental. Los cazadores de águilas se llamaban a sí mismos Burkitishi.

Los “kazaks” tienen como símbolo las águilas, inseparables compañeros de fatigas y asiduos acompañantes cotidianos, usaban esta rapaz para cazar zorros rojos, marmotas y liebres incluso lobos para confeccionar ropa de invierno con sus pieles, existe la creencia de que las águilas eran guiadas por los espíritus de las familias de los cazadores.

Para entrenar a las águilas, los Berkutchi las roban de sus nidos cuando apenas tienes 2 meses. La captura, entrenamiento y mantenimiento de las águilas es una actividad altamente ritualizada. La mayoría pueden llegar a vivir unos 40 años, son capturadas jóvenes, encapuchadas y suelen tenerlas en jaulas con una percha que se balancea constantemente mientras el Berkutchi habla con él para que el águila se familiarice con el sonido de su voz llegando a establecer una fuerte relación entre ambos. Las águilas son domesticadas uniendo sus tobillos con tiras de cuero y atándolas a un bloque de madera. Cada vez que trata de volar, se voltea boca abajo, después de unos días, el águila está agotada y domesticada. Luego el Berkutchi ya puede acercarse y empezar el entrenamiento propiamente dicho. El águila es capaz de distinguir la voz humana y obedecerá solo a su amo. El entrenamiento se puede prolongar durante 3 o 4 años, debe ser realizado por una sola persona y requiere atención diaria constante.

Cuando el águila es casi adulta  los adiestradores muestran al águila las pieles de los animales para que se acostumbren al olor y a las características de la presa, todo esto se hace con comandos dirigidos. Al águila se le da un trozo de carne como recompensa después de cada caza. Se mantienen encapuchados cuando no están cazando para mantenerlos tranquilos.

Aunque las águilas pueden vivir aproximadamente 40 años, los cazadores suelen tenerlos unos 10 años y luego los liberan para vivir en la naturaleza. La suelta no siempre resulta fácil y es traumática para ambas partes, los cazadores suelen llevarlas muy lejos de su entorno y esperan hasta que oscurezca para evitar que las águilas les puedan seguir a casa.

El festival de las águilas doradas se lleva a cabo la primera semana de octubre de cada año. Es uno de los eventos más espectaculares de Asia, para aquellos que deseen acudir al festival tienen que reservar el alojamiento con bastante anticipación.

El festival tiene lugar a unos 7 KM de la ciudad de Olgii, por lo que es posible hospedarse en hoteles de la ciudad y en campamentos turísticos o puede plantar su tienda de campaña cerca del festival. Existen también a disposición de los turistas carpas temporales habilitadas para el evento que ofrecen comidas tradicionales kazaja, mongol e incluso occidental.

Este festival fascinante, es llevado a cabo por una minoría kazaja local para promover y ensalzar sus tradiciones al mundo y a sus generaciones venideras.Durante la celebración, que se prolonga durante dos días, se premia no solo la velocidad, agilidad e inteligencia de las águilas, sino también la vestimenta y caracterización del cazador.

Lo que comenzó como una tradición terminó convirtiéndose en un deporte nacional. Por eso, el Festival del Águila de Mongolia atrae cada año a más de 500 participantes. Todo un espectáculo.

Durante el primer día, más de 120 cazadores con sus águilas a caballo, muestran su cultura de caza de águilas y sus tradiciones únicas. Comienza con una ceremonia de apertura con el desfile con los cazadores bien vestidos y alrededor de unos 1000 visitantes se acercaron a disfrutar del festival.

Águilas especialmente entrenadas, capturan pequeños animales como zorros y liebres. En la primera competición los cazadores llaman a sus águilas desde la cima de la montaña y el águila debe alcanzar el brazo de su maestro lo que demuestra cómo las águilas sienten afecto hacia sus amos. El evento más destacado del segundo día, es el juego de caza, el kazajo, muestra cómo las águilas y su amo cazan juntas con éxito, lo que ha estado sucediendo durante miles de años. Los ojos de águila, la cara concentrada del cazador, su tono de llamada y la acción de la captura del águila es un momento mágico e indescriptible.

La relación entre Cazadores y águilas es muy estrecha y se lleva realizando desde hace 6000 se ha convertido en una tradición y en un modo de vida. Hay muchos cuentos e historias sobre el poder y el ojo del águila entre los kazajos.

En el futuro, esta tradición puede llegar a desaparecer debido a que las nuevas generaciones se dirigen a las ciudades para buscar trabajo y la oportunidad de una vida más cómoda, en lugar de seguir manteniendo el modo de vida ancestral kazajo, cuidando de su ganado.

Sara Wouters

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