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Los guardianes de la filosofía.

Gaizka Larrazabal, Oihan Sancet y Dani Vivian recrean en el Athletic episodios que serían dignos de las crónicas del reportero americano Gay Talese.

El escritor y reportero americano Gay Talese, junto a Tom Wolfe, es considerado como el pionero del nuevo periodismo. Uno de sus libros más recomendados es El silencio del héroe, en el que narra fantásticas historias, sobre todo de boxeo, en las que siempre busca lo que hay detrás de cada noticia. Sus crónicas son distintas y un ejemplo de una época en la que el periodismo también suponía una forma de hacer arte. Talese habría encontrado mucho material y del bueno en el día a día del Athletic, porque hay numerosos episodios que parecen extraídos de novelas. Por ejemplo, ahora hay tres chavales, nuevos leones, a los que seguro dedicaría algún capítulo como lo hizo con el Retrato de un joven púgil, El tipo más solitario del boxeo, o El ex campeón disfrazado. Este lo podría haber titulado Los guardianes de la filosofía. Hablaría de un ex jugador del Athletic que celebraba sus goles con un chupete para dedicárselo a su hijo quien, dos décadas después, debutaba en el campo del Getafe como jugador del primer equipo en partido de la segunda jornada de esta Liga. O de un joven navarro que soñaba ser como un jugador de su tierra y gran centrocampista del Athletic, ahora en el Bayern, y que puede seguir sus pasos en el club rojiblanco tras debutar en partido oficial en la primera jornada de esta temporada ni más ni menos que ante el Barcelona. O de un actual jugador del Athletic que se fijó en Vitoria en un chaval a sabiendas de que podría ser un león; y este verano, en un amistoso en Soria, el observador centró un balón al área y adivinen quién marcó el gol.

Gaizka Larrazabal, Oihan Sancet y Dani Vivian son protagonistas de unas historias que no pasarían desapercibidas para un autor como Talese. Los tres cumplen el sueño de miles de niños y de cada vez más niñas: poder jugar en el Athletic en sus equipos masculino o femenino. Los tres estuvieron en la convocatoria del primer partido de Liga ante el Barcelona. Los tres han pasado ya muchas cribas desde las categorías inferiores de diferentes equipos y ahora se han transformado de cachorros en leones. Ellos conservan esa filosofía que tanto gusta a la familia rojiblanca desde 1898, aunque haya algunos casos aislados que han generado debate por la idoneidad de algún que otro fichaje considerado dudoso. El Athletic siempre se vanagloria de jugar con futbolistas vascos o formados en este territorio. Larrazabal, Sancet y Vivian son el relevo de los Aritz Aduriz, inmerso en su última temporada y el mejor maestro posible con detalles mágicos como el ya inolvidable tanto de chilena que dio la victoria ante el Barcelona; de Iñaki Williams, renovado hasta 2028; o de Iker Muniain, el nuevo capitán del Athletic. La llegada al primer equipo de este trío de jóvenes agrada mucho a la afición y a los formadores del club. Estas tres historias son las de los descendientes de Lezama.

El hijo del lateral izquierdo
Gaizka Larrazabal es un fiel ejemplo de la reducida dimensión del territorio vasco. El Athletic es el club con menos posibilidades del mundo para fichar. Así lo quiere la mayoría de sus socios/as, aunque también existen algunas voces críticas. Gaizka es hijo de Aitor Larrazabal, el sexto jugador con más partidos en la historia del club bilbaíno. Aitor fue un fijo en el puesto de lateral izquierdo, jugó 445 encuentros en el primer equipo y marcó 43 goles. Como anécdota, el ex defensor se escondía un chupete en su indumentaria y cada vez que marcaba un tanto -era el lanzador de penaltis- se lo sacaba y colocaba en la boca para dedicárselo a sus hijos Gaizka y Ander. El primero va a hacer 22 años el 17 de diciembre y es un futbolista con mucha verticalidad que rompe la banda como un cuchillo. Se está labrando su futuro sin importarle el pasado. “Mi padre era defensa y a mí me gusta ser más creativo”, recuerda. Vive un hermoso presente y debutó en Liga el sábado 24 de agosto en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe para convertirse en el león número 620 en jugar con el Athletic. Salió al filo del descanso, con el 12 a la espalda, en sustitución del lesionado De Marcos. Han pasado 29 años desde que su padre se estrenara con el Athletic. Poco después, el chaval jugó como titular en Leganés. Muchos imaginan ya como ‘Larra’ (así le llaman desde pequeño) homenajeará a su padre cuando marque un gol. Aunque a la pregunta de a quién dedicará su primer tanto responde: “A mi madre. Se lo debo todo a ella”.

La joya de la corona
De Oihan Sancet dicen quienes entienden de esto del fútbol que es una de las joyas de la corona. En solo cuatro años, y tras haberse recuperado de una grave lesión de rodilla, ha pasado de ser cadete a jugar en la Liga de las estrellas. Tras haber completado la pretemporada con el Athletic es uno de esos jugadores que despierta la ilusión tan necesaria en un club único. Hay quien la compara con el actual jugador del Bayern Munich Javi Martínez. Sancet, de 19 años, es navarro como el ex centrocampista rojiblanco y muestra ese descaro de los jóvenes a los que se les descubre valía, calidad y frescura. La mayoría de la afición se ha fijado en él. Y ya recuerda la manera de marcar un penalti en un amistoso de verano ante el West Ham inglés: ¡A lo Panenka! El canterano debutó con el dorsal 34 en el primer partido de esta Liga ante el Barcelona. En el minuto 65. Lo hizo una semana antes que ‘Larra’ y también en lugar de De Marcos. “¡Cómo nos gusta ver debutar a chavales! ¡Un nuevo león!”, escuchó este redactor cuando el navarro saltó al césped y La Catedral le brindó una estruendosa e increíble ovación. “La camiseta del debut la voy a guardar para toda la vida y la pondré en un cuadro”, dijo nada más ducharse. Una semana después de lidiar media hora con Rakitic, Sergi Roberto o De Jong, jugó en el campo del Haro en Segunda División B. Tras las primeras jornadas ya aparecía como uno de los goleadores de esta categoría al brillar con un enorme rendimiento.

Un curioso gol en Soria
Dani Vivian, un central de Vitoria de 20 años, es otro de los que llama con fuerza a la puerta de Primera División. También estuvo convocado ante el Barcelona, con el dorsal 29. Llegó desde su Vitoria natal al Santutxu y fue entrenado en el juvenil de este equipo bilbaíno por un futbolista de la primera plantilla del Athletic: Ibai Gómez. El también ex jugador del Alavés siempre ha tenido fe en que Vivian podía dar el salto al Athletic para llegar a ser su compañero. Y el profesor y el alumno ya han compartido minutos de juego. Tanto que, en un amistoso veraniego en Soria ante el Numancia, ocurrió un episodio que solo se puede dar en equipos como el Athletic. Minuto 56. Centro del maestro Ibai y el pupilo Vivian marca de cabeza. El joven alavés también logró el cuarto gol en la primera jornada con el filial en Haro. Solo un apunte para finalizar. Ni ‘Larra’, ni Sancet, ni Vivian quieren ser ‘héroes silenciosos’ como los de Gay Talese. Quieren rugir como leones y hacer temblar a La Catedral. No son carne de ficción literaria. Son una realidad.

DE TAL PALO, ASTILLA ROJIBLANCA 
Aitor Larrazabal puede que le haya transmitido a su hijo Gaizka los genes para jugar en el Athletic como él lo hizo durante mucho tiempo por la banda izquierda. Pero no es el único. Enrique González de Careaga debutó en el club rojiblanco en 1902 y su hijo Alfonso se vistió la zamarra del primer equipo en 1925. Luis María Uribe, amigo personal del mítico entrenador Míster Pentland, se estrenó en 1929 y su hijo Ignacio Uribe en 1953, para ganar una Liga y tres Copas. Isidoro Urra jugó su primer partido en 1936 y su retoño José Manuel Urra en 1966. Lo de los genes debe de ser muy cierto. El legendario guardameta Carmelo Cedrún ganó los mismos títulos que su compañero Uribe tras ponerse bajo los palos en 1951. Y el hijo de Carmelo, Andoni, también fue portero y debutó con el Athletic en 1980. Por su lado, el histórico Roberto Bertol empezó su carrera (una Liga y cuatro Copas con el Athletic) en 1939. Y su nieto Mikel Cortina debutó en 1994. Además, el actual entrenador del primer equipo Gaizka Garitano, sobrino del gran centrocampista de los años 90 Ander Garitano, jugó un partido con el primer equipo el 16 de septiembre de 1997 en enfrentamiento de la Copa de la UEFA ante la Sampdoria. El padre de Gaizka es Ángel Garitano ‘Ondarru’, quien también estuvo en el banquillo del Athletic, como segundo entrenador, en la campaña 2006-07. Ambos han salvado al Club de apuros deportivos.

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