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Principal Judas Arreita

Judas Arrieta

Judas es una persona enigmática, racional y emotiva. De Hondarribia, aunque podría haber nacido en Kioto. Trabajó en bares, fábricas y hasta en una funeraria de diseñador. Es un otaku empedernido y tiene una hija a la que ha llamado Keiko. Hoy es un artista refutado.

¿Judas Arrieta?
Me llamo Igor Arrieta, Judas es el nombre de guerra, viene de lejos. En la ikastola, me llamaban judío para fastidiarme, yo no le di mucha importancia y al final termine dándole la vuelta.

Desde muy pequeño me intereso por los cómics, el cine, la televisión y la cultura pop asiática influenciado por las series. Hoy en día, considero mi trabajo como un puente entre dos culturas que en un principio son muy diferentes.

¿Cómo llegas?
En casa, los cómics y la televisión eran mi dieta diaria, pero los fines de semana cambiaban el menú. Mi abuelo era acomodador del cine Astoria y así muchos fines de semana me plantaban para ver una sesión continua de la misma película tres veces seguidas.

Vienes a Bilbao…
Me apetecía hacer cine y surgió la posibilidad de ir a Bilbao y estudiar Audiovisuales. Recuerdo con mucho cariño a Patxi Urkijo y como se cagaba en todo, diciendo que cómo vamos a aprender cine si no hay industria.

¿Cómo ha evolucionado Bilbao?
La primera vez que vine a Bilbao fue unos meses antes de empezar la universidad (junio de 1990), nada más ver la zona del Arenal y la ribera hasta Deusto me pareció precioso, sucio y oscuro… Era la mismísima ciudad de Gotham… Por la noche había marcha todos los días y aunque no nos gustaba la invasión yankee todos veíamos la NBA, películas americanas y llevábamos vaqueros.

¿Y ahora?
Ahora es diferente, ya no es la ciudad en la que podía salir un lunes y no parar en una semana, ahora es una ciudad que ofrece otras cosas. Antes era más auténtica, ahora es una ciudad de provincias cosmopolita que funciona. Es un modelo de ciudad hecha para que los visitantes disfruten y gasten su dinero.

¿Qué conexión hay entre Asia y Bilbao?
Bueno, es en la universidad donde decido que voy a dedicarme a pintar, que voy a ser artista y que voy a pintar Son Gokus en mis cuadros, no paisajes, no rollos abstractos, ni retratos o cosas por el estilo. Estando en la Universidad es cuando surge el boom por el manga y el anime, y las culturas orientales empiezan a extenderse por todo el mundo. Llega Akira a los cines, las consolas y videojuegos desde Japón… Puede decirse que a finales de los 80 la forma de jugar y divertirse de los jóvenes empezó a cambiar radicalmente por la influencia de culturas no locales.

¿Y de Bilbao a Pekín?
Dejé Bilbao en el año 2000 y volví a Hondarribia. En Bilbao había estudiado japonés y mi sueño era viajar a Japón. En el año 2002 ese sueño de otaku se hizo realidad. Pasé tres meses en Japón, disfruté como un enano, pero muchos de los proyectos que quería desarrollar allí no cristalizaron. El viaje fue premeditado así que a mi vuelta decidí que tenía que volver pero en otras condiciones.

Regresé a Asia y pasé ocho años en China. Primero empecé haciendo exposiciones colectivas con artistas chinos, luego hice mis propios proyectos y al final terminé montando un programa de residencias para artistas vascos en Pekín.

¿Y regresas de Pekín?
En 2013 decidí volver a Hondarribia, fue una decisión profesional y personal. A nivel profesional en ocho años las cosas cambiaron un montón en China y el proyecto de residencias para artistas ya no era viable y a nivel personal Pekín no era el mejor lugar para ver crecer a mi hija. Así que a partir del año 2013 mi centro de operaciones pasó a Hondarribia.

¿Y ahora?
Participo en una exposición colectiva sobre el 90 aniversario de Popeye en Pekín, China. Trabajo con varias galerías en España y acabo de terminar un mural en el NYX Bilbao, un hotel que acaba de abrirse en el Arenal bilbaíno. Me tocó hacer el piso 6. Mi propuesta ha sido un mural en el que se unen referencias a comics clásicos, series de dibujos animados, películas asiáticas y occidentales mezcladas con mensajes y onomatopeyas en diferentes idiomas.

¿Este es tu estilo?
El individuo que crea es siempre más importante que cualquier estilo o un sistema establecido.

Como decía Bruce Lee, “creo en la no-forma como única forma, en el no-camino, como único camino, en la no-limitación como única limitación”. Considero que mi trabajo, más que centrarse en la búsqueda de un estilo, intenta reflejar o representar las experiencias vitales y estéticas de una generación que ha crecido rodeada de cambios sociales, económicos y nuevas formas de disfrutar y padecer el día a día. No intento representar un estilo sino todos los estilos. Intento que el espectador nunca sepa lo que voy a hacer, porque yo tampoco lo sé.

¿Es lo mismo un friki ahora que hace veinte años?
No sé, yo soy un friki, un otaku. Soy feliz haciendo lo que me gusta. Y el que hace lo que le gusta, tiene que ser un friki de lo que le gusta. Puedes ser friki de la cocina, del fútbol. Hay que saber sacar partido de las cosas que te gustan. Disfrutar y si puedes vivir de ello, mucho mejor. ¡El arte consiste en no parar!

 

www.judasarrieta.com

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