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Itziar Zabala. Escalada y libertad

La vizcaína, Itziar Zabala, una de las mejores especialistas del país, habla para BAO de su pasión por una modalidad que este año será olímpica por primera vez.

Itziar Zabala Zurinaga es una joven deportista vizcaína de la localidad Dima, que destaca en la bella especialidad de la escalada. Atiende a BAO en el club donde trabaja, Piu Gaz, ubicado en la calle Olagorta, en la zona bilbaína de Olabeaga. El ambiente que aquí se respira es estupendo, de puro y sano deporte. Los escaladores con más tablas entrenan cerca de los niños y niñas que se lo pasan en grande. En un momento de la entrevista, Itziar Zabala (25 años), campeona de España, saluda a un par de jóvenes chinos y dice: “Son del equipo olímpico de China. Se están preparando para las Olimpiadas de Tokio aquí, en el Piu Gaz”.

¿Cómo fueron los comienzos en esta modalidad?

Siempre he hecho mucho deporte. Y siempre me ha venido bien. Empecé a escalar porque en Dima, en mi pueblo, se hacía el Dima Rockmaster Internacional, una competición a nivel mundial a la que venían los mejores especialistas (Patxi Usobiaga, Maja Vidmar, Chris Sharma, Tomas Mrazek…). Viendo aquellas grandes competiciones y exhibiciones me dio por empezar a escalar. Y hasta hoy. Empecé en el rocódromo de Dima con 12 años y en las cuevas de Baltzola. Pasaba muchas horas escalando.

¿Y ya en competición?

Al de un par de meses de comenzar a practicar la escalada, me dijeron para acudir a una competición escolar que se hacía a nivel de Bizkaia. Y la gané. Después tomé parte con éxito en el Campeonato de Euskadi

en Durango. Desde entonces he ganado copas y

campeonatos de España (en distintas modalidades).

He competido en un montón de sitios con las federaciones vasca y española. A nivel mundial, tengo algunas buenas plazas con resultados destacados en la categoría de juveniles.

Así que ha conocido mucho mundo desde que se decidió a practicar escalada tras aquel Dima Rockmaster.

Sí, he estado en muchos países. En Inglaterra, Suiza, Alemania, Austria, Italia, Rusia… y en Estados Unidos, en Colorado (Montañas Rocosas), donde se vive una muy buena experiencia en una prueba organizada en la estación de esquí de Vail. Es de las últimas pruebas de la Copa del Mundo. Está a 3000 metros y en ella toman parte los deportistas que tienen algo que ganar. Entre los 150 que vamos al resto de campeonatos, al de Vail acuden unos 50. Allí me lesioné.

Llevo mucho tiempo en la Copa del Mundo y he podido viajar mucho, aunque ha habido años en los que no he competido. Después de estar en categoría juvenil, dejé de escalar, pero luego volví.

¿Qué sensaciones le produce escalar?

A ver, como en todo, hay gente a la que le gusta mucho y otras personas a las que no. Para mí la escalada es libertad… es mi momento, en el que estoy conmigo misma y con la pared. Para mí es una terapia y una pasión. Creo que cualquier persona podría escalar. En mayor o menor medida, se puede disfrutar mucho de la escalada. Y en el alto nivel, como en todos los deportes, lo primero es que la cabeza te acompañe junto al físico.

¿Qué beneficios genera esta especialidad?

Principalmente, incrementa la elasticidad, la coordinación, la resistencia, la potencia, la fuerza, la flexibilidad… Y algo que considero muy importante es que físicamente una mujer y un hombre pueden hacer lo mismo. Esto pasa en muy pocos deportes a nivel top. Además, cuando tú escalas es imposible pensar en otra cosa, y esto tampoco pasa en muchos deportes. Escalando es imposible, ya que tienes que estar centrada en hacia dónde tienes que ir, cómo subir la pared, qué pie poner y cuándo, o si te caes… Puede que esta sea una de las cosas que me han atrapado. Sales de entrenar y es como empezar de cero. Vuelves a resetear. Cada día es diferente, como la vida en general, porque la vida es así ¿no?

Y la preparación, ¿es exigente?

Para una persona que compite en Copa del Mundo, por ejemplo, para el 99 por ciento es entrenar casi todos los días, e incluso el día de descanso tiene que estar dirigido a la preparación. Se suele entrenar cinco o seis días a la semana, unas tres horas.

¿Cuáles son sus próximos objetivos?

Este año, como me lesioné en Vail, no sé si competiré. Aunque probablemente en alguna prueba sí estaré. Si compito en rocódromo, no tengo tiempo para escalar en roca, en lo que estoy más centrada. Escalar en la roca parece distinto a competir, pero tiene cosas en común. Una competición es un día y a la roca puedes ir cuando quieras, pero la presión es constante durante mucho tiempo. Ahí, más claramente que nunca, compites contra ti mismo, no existen ni un mal día ni un buen día… si es malo, vuelves al día siguiente. Es sufrido, pero con muchas cosas en común con la competición en rocódromo. Es un proceso muy interesante y cualquier persona a la que le guste escalar lo disfruta.

¿Cuál es su lugar preferido?

Te diría que Baltzola porque a nivel mundial es reconocido y está bien valorado. Por un lado, más que nada, por la comodidad de estar cerca de casa; segundo, porque es mi estilo de escalada y es una casualidad que se adecúe a mi forma de escalar y a mis puntos fuertes; y tercero, porque significa mucho para mí este lugar.

Las instalaciones donde trabaja aquí en Piu Gaz son una gozada.

Vienen un montón de chavales a los cursillos y no se aburren nada. Es un deporte muy divertido. Para los niños y niñas es una modalidad que les engancha. Para ellos es como estar en un parque gigante y es un poco como la gimnasia. Aquí vienen también a escalar desde arquitectos, médicos, artistas… hay personas muy interesantes. Y el equipo chino está entrenando entre nosotros en Piu Gaz. Hasta se han construido una casa en la tercera planta. Dos de ellos van a las Olimpiadas. Antes, a las grandes competiciones iban deportistas de 30 años y ahora hay algunos ya con 17. No somos conscientes de la dimensión que ha cogido la escalada. La escalada en Europa, Asia y América tiene mucho auge. Y ni te cuento en Tokio, donde hay más de 100 rocódromos en la ciudad. Los japoneses son los mejores del mundo.

¿Y la escalada en Euskadi?

En Euskalherria hay escaladores realmente fuertes y muy buenos en roca, más de lo que creemos, pero no se da a conocer porque gente que anda fuerte no compite. La balanza de decidirte por la competición no siempre sale a tu favor si te dedicas a ello. Tenemos un montón de roca impresionante y gente que vive mucho la escalada. Hay que distinguir la escalada en la roca y en competición. Para mí, las dos cosas tienen el mismo valor y es muy positivo que sea un deporte olímpico por primera vez ahora, en 2020.

Tiene la fortuna de estar patrocinada.

Sí, lo estoy por Echebastar, una compañía pesquera de Bermeo. Es verdad que para mí es muy grande que una empresa de tanta dimensión crea en algo tan “pequeño”, sobre todo en estos tiempos. Lo valoro mucho y es un apoyo indispensable. Llevo tres años con ellos.

Texto: J. A. P. Capetillo
Fotos: Jon Martínez Ibarra y cedidas por Itziar Zabala

www.echebastar.com • Tfno: 946 334 906 • www.alakrana.com

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