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Hongos y setas. Sin los hongos, probablemente, no existirían los bosques

Los hongos son organismos sin clorofila que pertenecen al Reino Fungi, aunque antiguamente se estudiaban como vegetales seguramente porque no se movían. En realidad, atendiendo a su forma de alimentarse, se parecen más a los animales que a los vegetales.

Lo que llamamos “setas” son el cuerpo fructífero de los hongos. Estas setas pueden tener múltiples y variadas formas aunque habitualmente llamamos así a las formas con sombrero y pie. El hongo sería el conjunto y la seta el cuerpo visible que es lo que recolecta la gente para su consumo o estudio. Las setas las producen los hongos cuando se dan las condiciones adecuadas y en ellas se forman las esporas que en condiciones determinadas darán lugar a nuevos hongos.

Setas de otoño y sus peligros
El otoño es la época ideal para encontrar setas en nuestros bosques, en nuestra latitud es la estación del año donde se dan las condiciones ideales para que los hongos produzcan setas. Las setas son un 80-90% agua, por lo tanto necesitan para su fructificación que haya un alto porcentaje de humedad y temperaturas suaves. No todos los hongos producen setas con las mismas condiciones de humedad y temperatura pero sí son mayoría los que prefieren temperaturas suaves, entre 12º y 22º, cuando se dan estas condiciones de temperatura y humedad (normalmente en otoño) es cuando se produce esta eclosión de setas. Hay especies que prefieren temperaturas más altas y otras más bajas, por eso tenemos setas en verano y setas en primavera e incluso en invierno aunque la estación micológica por excelencia sea el otoño.
Las setas son un manjar, pero en pequeñas cantidades y consumidas espaciadamente disfrutaremos más de ellas.

Lo más importante cuando vamos al monte a por setas es ser conscientes de las especies que cogemos para comer. Solo debemos recolectar las setas que conocemos perfectamente, no debemos recolectar setas muy pequeñas, solo las que estén desarrolladas, para evitar confusiones que pueden ser graves. No debemos romper las setas que no conozcamos, aunque parezcan venenosas cumplen su función en la naturaleza; tampoco tenemos que ir exterminando limacos y otros animales, estos son importantes para la difusión de las esporas y por lo tanto de los hongos. En caso de duda sobre si una seta es o no comestible es importante no arriesgarse y consultar a un experto o a una Sociedad Micológica que hay muchas y muy buenas en nuestro entorno. Ninguna seta merece la pena si hay algún riesgo de intoxicación.

Setas comestibles y venenosas
Todos los años por estas fechas cuando empiezan a proliferar las setas en nuestros bosques nos encontramos con
noticias como; “x intoxicados por setas en Bizkaia”. A pesar de todos los avisos sobre los peligros de las setas, año tras año se producen intoxicaciones por consumo de setas en nuestro país, afortunadamente en nuestro entorno son escasas y casi nunca graves pero en el resto del estado todos los años se produce algún fallecimiento por consumo de setas venenosas. Somos un pueblo con bastante cultura micológica, con innumerables sociedades micológicas, con infinidad de charlas en otoño sobre setas, y a pesar de eso todos los años tenemos intoxicados por comer setas venenosas.

Las setas que más intoxicaciones producen son el Entoloma sinuatum (Falsa Pardilla, Maltzurra) confundida normalmente con el Clitocybe nebularis (Pardilla, Pago-ziza) y la Amanita phalloides (Oronja verde, Ilkorra) confundida con Russulas comestibles de color verdoso cuando se cogen de pequeño tamaño, Russula virescens (Gibelurdin), Russula heterophylla, Russula cyanoxantha var. peltereaui (Urretz). La primera intoxicación es grave pero no mortal, hoy en día se soluciona con 2 ó 3 días en el hospital salvo complicaciones por estado de salud o por edad. Más grave es la segunda intoxicación (aunque rara en nuestro entorno) porque puede ser mortal dependiendo de lo que se tarde en acudir al hospital. La Amanita phalloides y la Russula virescens no se parecen mucho pero si se cogen ejemplares inmaduros, pegados al suelo, y se cortan con la navaja se están dejando en el suelo el anillo y la volva característica de las Amanitas y lo que te llevas a casa es el sombrero de una Amanita phalloides en lugar del exquisito gibelurdin.

La importancia de los hongos para los ecosistemas
Por la forma de alimentarse, los hongos pueden ser simbiontes, parásitos y saprófitos. Todos los aficionados sabemos que la mayoría de las setas prefieren los bosques para vivir, lo que no saben muchos es que la mayoría de las plantas superiores están relacionadas con los hongos y los necesitan para sobrevivir. En esta relación ganan todos, es una relación simbiótica, los hongos necesitan a los árboles para sobrevivir porque son organismos que no pueden sintetizar materia orgánica (no tienen clorofila) y obtienen nutrientes de los árboles y estos necesitan a los hongos para aumentar su superficie radicular mediante micorrización con el micelio del hongo y absorber más nutrientes del suelo. Se estima que el 90% de las plantas terrestres presentan micorrizas habitualmente.
Otra forma de alimentarse de los hongos es parasitando a otros organismos que pueden ser árboles, plantas, animales, otros hongos, etc. En el parasitismo el único que tiene beneficios es el hongo que se aprovecha del otro organismo
absorbiendo nutrientes sin dar nada a cambio e incluso produciéndole la muerte en muchas ocasiones. El beneficio de los hongos parásitos en los ecosistemas es eliminar ejemplares enfermos y crear nuevos nichos ecológicos colonizables por otras plantas u organismos.

Y por último, los hongos saprófitos se alimentan de materia muerta, son los verdaderos recicladores del bosque, descomponen la materia muerta y devuelven a la naturaleza los minerales, carbono, nitrogeno, hidrógeno, etc. Son muy beneficiosos por su capacidad para descomponer la materia orgánica.
Se podría decir que sin los hongos no existirían, los bosques tal y como los conocemos ahora, se empobrecerían los suelos y los árboles por si solos serían incapaces de absorber los nutrientes e incluso habría montañas de árboles viejos que no se reciclarían.

Es importante, por lo tanto, que el aficionado que vaya al monte a por setas se dedique exclusivamente a coger las que conozca perfectamente y vaya a utilizar, en la mayoría de los casos para comer, y deje las que no conozca en su sitio porque todas las setas (o más correctamente los hongos) cumplen una función muy importante en el bosque. También es importante que deje las setas agusanadas en el bosque, allí siguen soltando esporas o sirven de alimento a otros animales y si se llevan probablemente vayan a parar al cubo de la basura.

Texto y fotos: Plácido Iglesias

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