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Doctor Deseo. Aprendiendo a mirar

Doctor Deseo publicaba en abril nuevo disco, el decimoquinto de su carrera. La más querida y apreciada banda de Bilbao, trae un trabajo avalado por tres décadas de venas abiertas y ternura desnuda, de terrenos emocionales poco transitados y canciones imperecederas de un pop-rock que, como un animal erótico, juega con todo. Desde ahí se ofrecen, iguales pero diferentes. El alma máter del grupo, Francis Díez, nos detalla sobre el álbum.

Igual y diferente. Una mirada distinta. En los discos de Doctor Deseo el título da pistas sobre el concepto que unifica el álbum.

Viene de una cita de Marcel Proust, que de alguna manera unificaba el concepto del disco: “El verdadero viaje del conocimiento no consiste en buscar un nuevo paisaje, sino en aprender a mirar”. Este disco insiste sobre lo mismo, pero desde una mirada distinta, tanto en lo musical como en las letras. Aunque insistimos en los temas que nos parecen importantes.

Desde luego no dejáis de sonar a vosotros mismos.

Eso ya no se quita. Para nosotros es importante haber generado un camino y que seamos reconocibles. Y evolucionar dentro de eso es importante. Es nuestro disco número quince y ha requerido un esfuerzo especial.

Por ejemplo en las bases rítmicas, muy poderosas, bombos muy potentes, y luego ir metiendo sucesivas capas: secciones de viento, elementos del rock, del soul, del garage, la psicodelía, la electrónica carca. Jugando de manera caprichosa, pero interesada, para que sonase de una manera concreta.

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Dentro de vuestro pop-rock reconocible hay una tendencia al “dance”, algo que se evidencia aún más en vuestros conciertos.

Sí, tenemos ganas de que la cintura se mueva, de que el show no solo sea dicho y oral. Hemos tendido a eso, a que la música sirva para mover la cintura.

El sexo, el deseo, la sensualidad y lo erótico siguen gobernado vuestra lírica.

Jugamos con elementos simbólicos y elementos reales, es importante aprender a distinguirlos. Lo simbólico es lo más cañero, donde se puede jugar con todo lo prohibido, pero tiene que estar soportado sobre una base de ternura, sobre aquello de “yo te cuido, tú me cuidas”, si no, es peligroso. La sensualidad siempre, pero no solo en el sentido exclusivo del goce genital, que es algo muy parcial. Y usar la parte simbólica-bestia como liberadora. Pero solo puede ser liberadora si la ternura es la base.

En este nuevo trabajo en formato libro-disco, la portada es para Louise Brooks.

Louise Brooks es una actriz americana, de las más potentes en la época del cine mudo que, harta de la pacatería hollywoodiense, se vino a Europa. Una mujer con una sensualidad muy poderosa, que había sufrido abusos en su juventud, que tenía mucha cultura literaria y cuyo corte de pelo marcó una época. Queríamos que la mirada distinta fuese también una mirada de lo llamado femenino, en cosas tan elementales como que colaborar es más práctico y divertido que competir, que gestionar las emociones es algo clave, que unificar a la tribu potencia los vínculos y que la ternura ha de ser la base de todo lo que hagamos, que era algo que solo se había adjudicado a lo femenino: el cuidar. Es importantísimo que nos cuidemos entre todas.

doctordeseofrancis4El disco se acompaña del DVD Noche de fuego y deseo, Aste Nagusia, de vuestra última actuación en las fiestas de Bilbao hace dos años.

Tocar en casa es importante, emotivamente poderoso. Tenemos lo de no hacer otro Aste Nagusia hasta pasados 4 o 5 años como mínimo. Y cuando ocurre, siempre es algo muy especial. La última fue una colaboración que hicimos con Pirotecnia Astondoa para generar esa noche de fuego y deseo.

Muy potente, diez mil personas en la plaza de Abandoibarra frente al Guggenheim en una noche mágica. Hicimos un pequeño resumen de todo ello, las mejores imágenes, 13 canciones, como regalo que acompañase al nuevo disco.

También se incluye el vídeo del concierto homenaje al promotor de conciertos Jon Outeiral (que moriría tres meses después. N de A.).

A nuestro amigo Jon se le hizo un homenaje en la Iglesia de La Cofradía de Lekeitio, un edificio barroco del siglo XVIII alucinante. Cuando nos llamaron estábamos flipados ¡hostias a nosotros! una pandilla de no creyentes en la iglesia… No sé si el cura sabrá lo que va a hacer, porque nosotros no pensábamos cortarnos un pelo.

Evidentemente preguntamos y nos dijeron que para esa noche el cura la desacralizaría…, pues bueno. Fue uno de los conciertos más mágicos. El poder jugar con esa iconografía que tanto nos ha marcado e incluso fastidiado y poderle dar la vuelta fue un acto de psico-magia. Cantar desde un confesonario libera mucho de culpa. O frotarse entre las piernas y decir que a ningún padre debiera molestarle jamás el placer de sus hijos… La verdad, te congratula con muchas cosas.

Texto: Kike Babas & Kike Turrón

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