EL FRÍO ÁRTICO EN IMÁGENES
Texto: David Tijero • Fotos: Bjørg-Elise Tuppen
La artista multidisciplinar Bjørg-Elise Tuppen construye a través de sus fotografías del paisaje ártico noruego todo un mundo de sensaciones basadas en la relación del ser humano con el entorno que le rodea. Imágenes que muestran en todo su esplendor la profunda belleza de un entorno tan hostil como son las latitudes polares.
La imagen es la herramienta que usas para expresar tu creatividad, pero, ¿cómo te defines a ti misma? ¿Artista?, ¿fotógrafa?, ¿diseñadora? ¿Todas ellas?
Me defino a mí misma como artista. Además de a la fotografía me dedico también a dibujar y pintar. Así que la fotografía es tan solo una de las herramientas que utilizo para expresarme artísticamente. En mi trabajo artístico fotográfico, me centro en la naturaleza, mientras que mis dibujos y pinturas son figurativos y el motivo principal que abordo con ambos es la figura humana.
¿Cómo describirías a alguien tu trabajo sin poder enseñarle imagen alguna?
Sería algo difícil pues creo que cada persona puede tener diferentes experiencias o sensaciones ante las mismas. Le contaría que me esfuerzo en expresar lo etéreo, lo poético y en ocasiones esa cualidad como de cuento de hadas que tiene la naturaleza aquí en el Ártico y cómo todo ello me hace sentir cuando tránsito por esos paisajes. Es un entorno extraordinario que espero haber sido capaz de reflejar. Así que probablemente utilizaría estas palabras para describirlo: etéreo, poético, de cuento de hadas, tranquilo.
Si te quedas mirando fijamente durante unos segundos tus imágenes casi puede sentirse una especie de calma. Parece que hay algo más en tu trabajo que va más allá de la estética, ¿es esa la intención en tu obra?, ¿crear algo más que simplemente una imagen bella?
Sí, definitivamente es así. Como he mencionado siempre intento reflejar en imágenes las sensaciones que la naturaleza inflige en mí. Esa sensación de pensar en los miles y miles de años que han pasado en los que esos paisajes han permanecido inalterables. Cómo la existencia nos permite pasear entre estas montañas durante un margen temporal tan escaso. Es a la vez melancólico y extrañamente tranquilizador.
Los paisajes helados en tu fotografía producen fascinación en un espectador del sur de Europa, un lugar donde la nieve no es muy habitual. ¿Cómo influye en tu trabajo esos inviernos largos y nevados?
Creo que es uno de los principales factores en mi trabajo. La vida en el Ártico está dominada por los grandes contrastes entre el invierno y el verano. Durante el invierno, el sol permanece bajo el horizonte durante seis semanas. Lo llamamos el “Tiempo de la Oscuridad”. Durante este periodo de tiempo no vemos el sol y apenas hay luz diurna, tan solo un crepúsculo que dura apenas un par de horas al día. La luz que surge de debajo del horizonte, sin embargo, puede ser espectacular. Es por ello que muchos llaman a este periodo el “Tiempo del Color”. Como contraste a todo esto, tenemos un verano con veinticuatro horas de luz diurna en los que el sol no llega a ocultarse del todo. Esto genera un impacto en todo aquel que vive aquí. En mi trabajo se fortalece la relación que tengo con aquello que me rodea, en cuán fuertemente aprecio el sol cuando vuelve, pero también en cómo recibo la oscuridad cuando llega.
¿Tienes algún artista de referencia cuyo trabajo te sirva de inspiración o encuentras la misma en otras fuentes que no tienen que ver con el arte?
Mi principal fuente de inspiración proviene de la naturaleza que me rodea. Y me gusta encontrar nuevas formas de reflejarla en mi trabajo. También siento que me he dejado llevar por un sentimiento de melancolía debido al paso del tiempo. El cambio continuo de las estaciones, los momentos que nunca volverán. A menudo me dispongo ante un gran escenario, frío y brillante, de nieve reluciente y con una luna dorada sobre el conjunto. Instantes como esos son muy significativos para mí, instantes en los que soy la única persona testigo de ello. Y es algo que intento compartir por medio de mis fotografías, inspirada por ese instante y por cómo ese instante me ha hecho sentir.
¿Podrías explicarnos el proceso de creación de tus imágenes? ¿Comienzas a partir del concepto que quieres expresar? ¿Sales sin más a explorar por el exterior? ¿Trabajas sobre una idea inicial original hasta conseguir algo nuevo, diferente de la realidad, pero cercano a la idea que tenías en mente?
Siempre llevo conmigo la cámara. Viajo mucho por carretera y también practico el senderismo, así que con el paso de los años he generado una cantidad inmensa de imágenes. Tengo una serie de conceptos, con los cuales trabajo de forma metódica, como las series “Visual Strangeness”. Otras veces simplemente suceden. “The Moments with Moon” es una serie fruto de muchos años fotografiando la luna. Algunas tomas fueron simplemente cuestión de suerte, pero otras fueron planeadas. Utilizo una aplicación de móvil para poder saber cuál va a ser la trayectoria de la luna así que siempre puedo saber por qué punto del horizonte va a salir y por dónde se va a ocultar. Me gusta tomar fotos de ello cuando hay suficiente luz y no es necesario utilizar un trípode. Trabajo con rapidez y me gusta la libertad de no tener que utilizarlo. También me gusta fotografiar desde coches en marcha para generar trepidación y desenfoques ocasionados por el movimiento, etcétera. A la hora de retocar las imágenes, me centro principalmente en la iluminación y sus matices de forma que en la imagen quede reflejada cómo era la luz del momento. Pero en ocasiones también añado una atmósfera a la misma a través de filtros y demás recursos.
¿Crees que ha habido una evolución desde los inicios de tu obra en tus proyectos, en los temas o las técnicas que aplicas? ¿A dónde crees que te conducirá tu deseo por crear tu trabajo artístico en un futuro cercano?
Sí, siento que existe una evolución en mi obra. En los últimos años he pasado de una forma “estática” de hacer fotografías en las que me centraba mucho en los detalles técnicos a una fase actual en la que hago fotografías de una forma más libre, jugando más con el desenfoque, la trepidación, la profundidad de campo e incluso con lo impredecible. Me he centrado más en el momento, o más bien en la transición de un momento a otro. También he empezado a incorporar más formas humanas así como otros elementos como casas, etcétera. Me gusta dejarme llevar por las sensaciones que tengo en cada momento, así que simplemente me seguiré dejando llevar esperando para ver cómo evolucionará mi obra.
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